¿Y el juego limpio electoral?

Erick Becerra

Los dimes y diretes. Las acusaciones sin sustento, las encuestas amañadas, las vocerías que no convencen, las incorporaciones de ex militantes de partidos aportan más al ruido que al fortalecimiento de candidaturas.

Tampoco creo que aporten mucho al debilitamiento de personajes, líderes o candidatos.

Las campañas se están desviando hacia caminos que poco aportan pero que hacen mucho ruido.

El imaginario colectivo quiere contraste, eso sí, pero creíble. Medible, incluso.

Cada declaración, cada espacio mediático de voceros, de líderes partidistas y de representantes de partidos deben buscar fortalecer un solo mensaje: la fortaleza de su candidato. No la debilidad del contrincante.

Porque si lo piensa bien, el votante se mueve por la emoción que le puede causar una decisión, una acción contundente, no los dichos en contra de alguien.

Ahí está operando la guerra sucia. Y aplica para todos.

Nadie se salva. Y a nadie conviene, porque después de la campaña, los heridos se cuentan por decenas, y el daño estará hecho.

Hay varios casos de reputaciones afectadas en campaña que dejan una estela de odio y resentimiento impune.

Muchas gracias. Nos vemos la próxima aquí y en mis redes como @erickbecerra1

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