Melanie Isahmar Torres Melo
Ni a nivel público ni a nivel sociedad estamos preparados para anticiparnos a un desastre, señalaron académicos de la universidad Iberoamericana campus Puebla a uno días del aniversario de los sismos de 1985 y del 2017, que significaron grandes afectaciones para Puebla y para el país.
En rueda de prensa, Marco Antonio Castillo Ríos, director de Ayuda en Acción México y Óscar Soto Badillo, director de investigación y posgrado de la Ibero Puebla, coincidieron en que, ante las afectaciones de los sismos que se registraron durante el 2017 quedó evidenciada la debilidad institucional de las autoridades estatales y federales para atender este tipo de casos.
El académico Óscar Soto que sí hubo voluntad de los gobiernos estatal y federal para atender los daños a las casas, escuelas y hospitales, pero al no haber los elementos técnicos para actuar de manera articulada y organizada, los esfuerzos fueron en vano.
De igual forma, consideró que si bien la ciudadanía tuvo la disposición para ayudar e hizo su mayor esfuerzo para ello, no lo hizo bien pues no sabía cómo hacerlo, por lo que consideró necesario concientizar a los ciudadanos para que sepan cómo actuar ante cualquier desastre natural.
En este sentido, señaló que en Puebla 67 municipios presentan altos riesgos de sequía, 14 han declarado contingencias por lluvias atípicas, existe una amenaza permanente por la actividad del volcán, sólo el 20% de los municipios cuenta con un atlas de riesgo y equipos de Protección Civil, y de los municipios afectados por el sismo, nada más el 24% desarrolló planes de respuesta y recuperación.
Bajo este tenor, la Universidad Iberoamericana anunció la creación de la especialidad en gestión integral del riesgo, enfocada a que los profesionistas puedan gestionar acciones de prevención ante desastres naturales.
Según explicó Lorena Cabrera Montiel, coordinadora de la especialidad en gestión integral de riesgo, este es un programa interdisciplinario realizado en coordinación con el Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo, así como las organizaciones internacionales OXFAM y Ayuda en Acción.
El plan de estudios consta de ocho asignaturas que se cursan en dos periodos, y el objetivo es formar competencias para la coordinación de áreas como planeación, ejecución, evaluación de planes, programas, y operaciones a nivel institucional y comunitario en instituciones públicas, académicas o empresas privadas.
