Periodismo en riesgo en Puebla: golpes y amenazas de muerte quedan impunes

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Ejercer el periodismo en Puebla hoy es más arriesgado que nunca.
A la siempre difícil relación con la clase política y gobernante, en los últimos años se sumó la irrupción de la delincuencia organizada (huachicoleros) y lo delicado que se ha convertido hacer periodismo policíaco.
Es todo un reto profesional informar sobre la actividad de la delincuencia organizada sin caer en el juego de convertirse –involuntariamente- en sus voceros.
Afortunadamente en Puebla la prensa local no cometió los errores que hicieron colegas en estados azotados por el crimen organizado como Veracruz, en donde aceptaron jugar conscientemente el papel de voceros y se convirtieron en objetivos de la contraparte.
Sin embargo, en los últimos días dos casos en particular encendieron los focos rojos nuevamente sobre el intento de someter al periodismo mediante la violencia y las amenazas de muerte.
El reprobable ataque a golpes a la reportera Itzel Valencia y el camarógrafo Alejandro Rodríguez está debidamente documentado, se conocen los rostros, nombres, círculos sociales y todo lo necesario para detener a esos inadaptados de El Parian.
El fiscal Gilberto Higuera no ha estado a la altura de la situación.
La falta de capacidad de reacción de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, de la Policía Turística y de la Fiscalía General del Estado han permitido que esos salvajes de El Parian anden libres, con toda impunidad y sin recibir el castigo que merecen.
Y esa impunidad generó que otro grupo de inadaptados decidiera amenazar de muerte al periodista Paulo Yolatl por documentar a los estúpidos juniors que juegan arrancones y ponen en riesgo la vida de gente inocente.


Su estupidez está amparada en el dinero de sus padres –porque ellos no son capaces de hacerlo por cuenta propia-, se sienten intocables, sus automóviles de lujo los hacen sentirse superiores y hasta se dan el lujo de amenazar de muerte a un periodista prestigiado.
Se equivocan esos ricos inadaptados si creen que el periodismo se calla con amenazas de muerte.
De su lado está el dinero de sus padres y la falta de efectividad del fiscal, pero el periodismo puede contra eso y más por el uso de la razón y de una valentía inherente a esta profesión.
El periodismo es actualmente un oficio de alto riesgo y en Puebla, está en momento de mayor riesgo.
Las autoridades municipales, estatales y federales no son capaces de garantizar seguridad para ejercer esta profesión.
Así que los periodistas tendremos que actuar y defendernos como lo sabemos hacer: con valentía, inteligencia y profesionalismo.
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gomezcarlos79@gmail.com