Libros de texto gratuitos: hablemos de lo educativo

Por: Dra. Luz del Carmen Montes Pacheco

No hay neutralidad en las propuestas educativas, mucho menos cuando un proyecto de nación está en juego. Por esta razón el arribo de los libros de texto gratuitos (LTG) a las escuelas a finales de agosto es un asunto polémico. Pero no nos dejemos engañar, hay debates en los terrenos político-político y político ideológico, pero mucho menos en lo político- educativo.

En el primer caso, el rechazo radical de algunos gobernadores se debe a las aguas revueltas por las elecciones que vienen. En el segundo caso, refleja el rechazo de la propuesta educativa de la Nueva Escuela Mexicana, negando también a las nuevas generaciones la posibilidad de construir una visión más abierta del mundo que les está tocando vivir, sin enciclopedismo, reconociendo la diversidad y con mayor interacción en diversos contextos; muestra de ello es el uso del lenguaje inclusivo y el reconocimiento de padres homoparentales y solteros.

Sobre lo político-educativo, NO es la primera vez que los LTG tienen errores “graves”, ni es la primera vez que los profesores tienen que usarlos sin capacitación previa, sobre los libros y sobre el modelo educativo. Y aunque ciertamente los LTG no son el único recurso con el que aprenden las niñas, niños y adolescentes, aceptemos que un buen número de hogares mexicanos no cuenta con otro tipo de libros. Según el reporte de febrero de este año del Módulo sobre lectura (Molec) del INEGI, el 39.2% de la población mexicana no cuenta en casa con libros diferentes a los libros de texto y el 41.5% no fue motivada por sus maestros para asistir a bibliotecas. Los datos se tomaron de una muestra representativa de población alfabeta de 18 años y más, eso nos da una idea del país.

Sobre lo educativo-didáctico, los LTG en el aprendizaje por proyectos, que no es un planteamiento nuevo, pero definitivamente deja de lado la centralidad de los contenidos. Los LTG entonces no garantizan, como antes, el piso de contenidos por aprender, sino que proponen experiencias con las cuales los contenidos son una parte de lo que el estudiantado aprehenderá.

Al respecto, el doctor Luis Medina Gual, de la Ibero Cd. de México, ante la dificultad de hacer una revisión exhaustiva de los LTG en poco tiempo, analizó los temas relacionados con proyectos (usted puede localizar la información en su tuit personal). Utilizó Atlas.ti con ayuda del modelo de inteligencia artificial de @OpenAI y encontró que creatividad, comunidad y comunidad tienen un 20% de apariciones cada uno; alrededor del 15% investigación y 15% organización y planificación. Nada mal ¿no?, con un análisis somero y superficial, pero completo, nos da pistas.

Sobre el diseño, exploré el libro de quinto grado Nuestros saberes. Leí la introducción, el índice y algunas secciones. De entrada, me sorprendió la descripción iconográfica en Conocer tu libro, específicamente la relación entre los campos formativos y los ejes articuladores. La didáctica global corresponde a un modelo recursivo-reflexivo de lo más actual y pertinente para trabajar visiones integradoras de lo que se aprende. Incluso, el QR ofrece la posibilidad del hipertexto, aspecto me preocupó porque en la pandemia reconocimos que mucha de nuestra población tiene un acceso restringido, y en ocasiones casi nulo, a equipos del ya conocido binomio computadora-internet; es más, todavía tenemos una que otra escuela sin electricidad. Según el INEGI, a propósito del día mundial del internet (el 17 de mayo) reportó que, en 2023 el 66.4% de los hogares en México contó con acceso a internet y de los usuarios/as el 96.8% utilizó un smartphone para conectarse a internet, pero ¿es un equipo adecuado para que nuestras infancias estudien y hagan la tarea? Sin duda el acceso a esa tecnología en nuestro país sigue siendo desigual.

En fin, hay mucho que analizar. Me preocupan posturas radicales a favor y en contra. Espero y deseo que se dé un buen uso de este material educativo, confío en el profesorado y espero que las razones político-políticas no impidan que quienes menos tienen tampoco tengan acceso a los LTG.

El autor es académico de la Universidad Iberoamericana Puebla.

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