Debilidad institucional cada vez más evidente en el sistema de Gobierno

La debilidad institucional es cada vez más evidente en el sistema de gobierno que ya ha sido calificado como híbrido, de acuerdo con el análisis sobre el Índice de Democracia 2021, quien señala que México se encuentra a un escalón de caer en un régimen autoritario.

Diversas definiciones afirman que dicho régimen es aquel que recurre a la represión y otros métodos forzosos para ejercer su voluntad sobre la población civil, con tendencia a limitar las libertades personales, un gobierno gobernado por un grupo que usa la represión para mantenerse en el poder.

 

Sin que el grueso de la población civil se haya dado cuenta y con la complicidad de parte de la oposición política por su indiferencia e inacción, el gobierno federal actual usó las herramientas democráticas para intentar a toda costa suspenderlas. La campaña permanente para desprestigiar al Instituto Nacional Electoral (INE) es una muestra de que a Morena le estorban las elecciones libres y no tiene interés de dejar el poder.

¿Cómo es posible que en tan poco tiempo estemos en la antesala de caer en un régimen de gobierno autoritario? No hubo labor de los gobiernos anteriores por fortalecer las instituciones, la opacidad que existe en la reasignación del presupuesto, en los subejercicios que cometen tanto gobiernos municipales como estatales o la opacidad en la extinción de los fideicomisos, entre otros, son ejemplo de que no se heredaron controles eficientes.

Las democracias en América Latina se han destruido gracias al debilitamiento de las instituciones. Ejemplos existen muchos: el Banco de México, el Poder Judicial, el INSABI, hasta el doble juego de muchos políticos que se dicen opositores o la obediencia de algunos partidos.

De acuerdo con el texto «Cómo mueren las democracias» de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt cuando líderes populistas ganan las elecciones, suelen asaltar las instituciones democráticas. En Latinoamérica, cinco eran populistas advenedizos: Alberto Fujimori, Hugo Chávez, Evo Morales, Lucio Gutiérrez y Rafael Correa, quienes acabaron debilitando la democracia.

Capturan a los árbitros, compran o debilitan a los opositores y reescriben las reglas del juego. En México han existido diversos cambios a la Carta Magna, algunas se han aprobado sin cuestionamiento alguno. Por fortuna hoy existe una moratoria constitucional pero no será garantía ante las modificaciones que se pretenden realizar a las leyes secundarias para continuar con el quebranto institucional.

Aquellos que callan o que, teniendo cargos de relevancia política caen en la indiferencia también son cómplices de la destrucción de la democracia que pretende el gobierno federal de Morena.