Acatlán de Osorio, otro pueblo asesino

Carlos Gómez / @gomezcarlos79

La tarde de este miércoles 29 de agosto Acatlán de Osorio sumó su nombre a la penosa lista de pueblos linchadores: San Miguel Canoa (1968) y Ajalpan (2015).
Pobladores de la comunidad de San Vicente Boquerón del municipio de Acatlán de Osorio repitieron el mismo patrón de los pueblos asesinos: un rumor, una sed de muerte, un frenesí colectivo y el linchamiento como única salida posible.
El 19 de octubre del 2015, los hermanos Rey David y José Abraham Copado Molina llegaron a Ajalpan para hacer su trabajo de encuestadores y los pobladores, por un rumor, los acusaron de robachicos y secuestradores.
Los habitantes de Ajalpan los acusaron de secuestradores –aunque en realidad eran encuestadores-, los sacaron de la comandancia, los golpearon, los torturaron y los quemaron vivos.
Hay decenas de vídeos de ese acto salvaje.
Y la historia se repitió este 29 de agosto en Acatlán de Osorio.
Alberto Fuentes de 56 años y Ricardo Fuentes de 21 años –presuntamente padre e hijo- tuvieron la mala fortuna de acudir a la población de San Vicente Boquerón y ser confundidos con robachicos, aunque en realidad eran campesinos.
Los videos son brutales pero no alcanzan a reflejar en su justa dimensión la barbarie que se vivió ayer en Acatlán.
Hombres y mujeres se convirtieron en asesinos.
Bajo una falsa búsqueda de justicia mataron a dos inocentes.
Los amarraron, golpearon y los quemaron vivos.
El pueblo de Acatlán se manchó de sangre las manos en unos cuantos minutos y quedará marcado para siempre.
La brutalidad con la que mataron a Alberto y Ricardo no puede quedar impune.
Hay varios videos que evidencian con claridad quiénes fueron los incitadores y los linchadores.
Y el reclamo es unánime: justicia.
Justicia para las familias de los hombres linchados ayer.
En tanto que Acatlán de Osorio quedó marcado para siempre como un pueblo asesino, uno más de Puebla.
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