Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Hace casi un año, Omar Álvarez Arronte asumió el cargo de secretario de Movilidad y Transporte del Gobierno del Estado y entre los muchos pendientes que tenía, pero que es uno de los más importantes, es concretar el fallido proyecto de las cámaras de seguridad y los botones de pánico en el transporte público de Puebla.
Uno de los grandes fracasos del gobierno de Miguel Barbosa fue la modernización del transporte público, y junto con Guillermo Aréchiga, se permitió el aumento de 2.50 pesos a la tarifa en diciembre del 2019, con la promesa de modernizar las unidades, colocar cámaras de seguridad y vincular los botones de pánico con el C5 de la SSP en todas las unidades.
Han pasado más de cuatro años y ni una, ni otra cosa, se cumplió al cien por ciento.
Ayer se cometió otro asalto a mano armada contra los pasajeros de la ruta 32 en la Avenida Juárez y la 15 Sur a plena luz del día.
Las víctimas fueron amagadas con armas de fuego para entregar dinero, carteras y celulares y todo quedó videograbado, pero los ladrones huyeron con total impunidad.
¿Pero qué hubiera pasado si esa unidad tuviera el botón de pánico?
Entonces se hubiera podido emitir la alerta a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y quizá se hubieran detenidos a los dos asaltantes.
Pero como el Gobierno de Miguel Barbosa no tuvo la capacidad de obligar a los transportistas para cumplir su palabra, entonces no hay tal botón de pánico en las unidades.
Y como Omar Álvarez Arronte tampoco ha tenido la capacidad de obligar a los transportistas a modernizar sus unidades, ni colocar las cámaras de seguridad, ni colocar los botones de pánico, entonces los ladrones pueden operar con toda impunidad.
Y no descarte que los transportistas intenten presionar al Gobierno de Sergio Salomón para lograr otro aumento al pasaje antes de que termine su administración.
Total, los únicos afectados son los miles de usuarios del transporte público en Puebla.
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