VIDEOS: Acatlán se convirtió en un pueblo asesino afirma la madre del joven linchado

Odilón Larios Nava / @odylarios

Familiares, amigos y vecinos despidieron este viernes en Tianguistengo, a los dos hombres que fueron quemados vivos el pasado miércoles por una turba salvaje en Acatlán de Osorio. Los despidieron con lágrimas y llanto, pero también con música de banda, aplausos, y sobre todo una fuerte exigencia de “JUSTICIA”. Así es como fueron sepultados en el panteón de aquella comunidad, Alberto Flores Morales y Ricardo Flores Rodríguez, de 56 y 21 años.
El clamor de los asistentes fue contundente: “JUSTICIA” por la muerte de dos hombres inocentes. Exigieron a las autoridades que capturen a todos los implicados en este doble asesinato y que les apliquen todo el peso de la ley.
“No se vale, eran gente trabajadora. Alberto era borrachito, pero trabajaba; dejó tres niños huérfanos, una de ellas una pequeñita – esto mientras cargaban a la niña de aproximadamente 3 años –. Ricardo era un joven estudiante, trabajador, estaba estudiando la universidad en Xalapa. Eran gente de bien, gente trabajadora, cualquiera de los del pueblo se los pueden decir”, indicaron los familiares.
A través de las redes sociales los padres de Ricardo se percataron que su hijo estaba involucrado en un caso de linchamiento, pero nada pudieron hacer para salvarlo, pues radican en los Estados Unidos. Desde hace varios años decidieron emigrar a otro país, para trabajar y sacar adelante a su familia, para darle estudios a sus hijos. Estando allá vieron una transmisión en Facebook, en donde exhortaban a la población a sumarse a los actos violentos, así fue como supieron que,a su hijo, y el tío de éste, los querían linchar y después fueron testigos de toda la barbarie que ocurrió.
“Son unos salvajes los que los mataron. El hermano de Ricardo llegó al lugar, le dijo a todas las personas que estaban ahí que estaban cometiendo una equivocación, que eran gente de bien, pero no le hicieron caso y amenazaron que lo lincharían si no se marchaba. La abuelita de Rocardo, también llegó al lugar, trató de intervenir, al igual que otras personas de Tianguistengo, y aunque eran mayores de edad la multitud las aventó. Nada pudieron hacer para que las personas entraran en razón” dijeron otras personas.
La exigencia de los padres, de la abuelita y el hermano –estos dos últimos fueron testigos de cómo mataban a sus seres amados – es que se castigue a las autoridades que fueron omisas, entre ellos al presidente municipal, Guillermo Martínez Rodríguez, y a sus policías, y a quienes resulten responsables. Así como a todos los que mancharon sus manos con la sangre de estos inocentes.

“De cuna Acatlán no tiene nada. Cuna se volvió asesino, Asesino Acatlán. Esos pobladores que acusaron a mi cuñado y a mi hijo injustamente” señaló María del Rosario, madre de Ricardo, quien junto con su esposo tuvo que volver a México de manera inmediata al conocer la tragedia y la injusticia de que sus seres amados fueron objeto.
“Quiero JUSTICIA para mis seres queridos. Todos ustedes tienen hijos, y le ruego a Dios que no pasen por lo que estoy pasando. Señores autoridades yo quiero justicia, quiero la cabeza del señor presidente municipal de Acatlán de Osorio, no me respondió por mi hijo, y se supone que es la ley,
¿por qué los dejó linchar? Me mató a mi madre en vida, en su propia cara se los mataron, ella suplicaba que no lo hicieran, que no lo hicieran y aun así los mataron”, continúa señalando María del Rosario.
Los vecinos de la comunidad coincidieron en señalar al tío y al sobrino como gente tranquila, que no se metía en problemas. Por su parte, la novia de Ricardo, lo definió “Un chico ejemplar, estudioso, con un gran por venir, al cual no se vale que lo recuerden por este circo. Deberían recordar lo por sus ideas, el gran por venir que tenía. A él le gustaba escribir, era un poeta”.
De la casa de los deudos, los ataúdes fueron llevados en procesión hasta la iglesia de Tianguistengo, donde recibieron misa de cuerpo presente. En ella el párroco llamó a la reconciliación y el perdón, a la vez que condenó los hechos ocurridos y el hacer justicia por propia mano.
Después el cortejo llegó hasta el panteón de la localidad, en donde algunos familiares tomaron la palabra para exigir justicia y dar el último adiós. Una banda de música acompañó al cortejo fúnebre en todo momento.
La inspectora de la comunidad, de nombre Rosario Aguilar, tomó la palabra en el panteón, fue puntual en su exigencia de castigo a los homicidas. Señaló la falta de apoyos de las autoridades estatales, las cuales ni siquiera se han acercado a las víctimas. Solicitó apoyos económicos para las familias afectadas, pero también apoyos psicológicos para las mismas familias quienes necesitan la ayuda profesional para intentar superar este duro golpe.
Versiones extraoficiales dieron a conocer que la Fiscalía General del Estado (FGE) designó a un grupo de aproximadamente 50 agentes ministeriales para enfocarse en resolver este terrorífico crimen el cuál ha tenía repercusiones en medios informativos a nivel internacional.