VIDEO: Un agrio empate a cero goles se vivió en el Cuauhtémoc entre Puebla y Tigres

Por: Juan Carlos Vázquez Hernández

Anoche, el estadio Cuauhtémoc se engalanó para recibir un duelo que, en los papeles, prometía sacudirnos del sillón: el Puebla contra los poderosos Tigres.

Pero, el partido terminó siendo un empate agrio sin goles, de esos que te dejan con cara de “para esto vine”.

Tanto poblanos como felinos llegaron con la ilusión de sumar tres puntos que les dieran un empujón en la tabla del Clausura 2025, pero se fueron a casa con un puntito y la sensación de que pudieron haber hecho más.

Desde el silbatazo inicial, se olió en el ambiente que nadie quería regalar nada. El Puebla, con la soga al cuello por la amenaza de la multa económica, se plantó bien atrás, esperando a los Tigres en un descuido para poder armar un contragolpe. Los Tigres, con la necesidad de demostrar que son contendientes serios después de algunos resultados que no los dejaron contentos, intentaron tomar el control del partido a base de tener la pelota.

Pero, el primer tiempo se nos fue en un suspiro, con más bostezos que emociones frente a los arcos.

Tigres tuvo el balón la mayor parte del tiempo, sí, pero la defensa del Puebla, junto con un Julio González que andaba inspirado bajo los tres palos, se encargó
de que no hubiera mucho peligro real. El Puebla, con más corazón que ideas claras, intentó salir rápido al ataque, pero sus delanteros no anduvieron finos a la hora de la verdad y las pocas oportunidades que tuvieron se esfumaron sin pena ni gloria.

Para la segunda mitad, uno esperaba que los entrenadores hubieran encontrado la fórmula mágica en el vestuario para encender el partido. Hubo cambios, buscando más pólvora en ataque, pero la historia no cambió mucho. Las defensas siguieron siendo las protagonistas, y los porteros continuaron luciéndose para mantener el cero en sus porterías. Incluso hubo ratos en que el Puebla se animó un poquito más, empujado por su gente y la necesidad de sumar en casa, pero el gol se les negó una y otra vez.

Los minutos finales fueron de pura garra en la mitad de la cancha, con los dos equipos peleando cada balón como si fuera el último sorbo de agua en el desierto. Sin embargo, cuando llegaban a los linderos del área, las ideas se les acababan y las buenas intenciones se quedaban en eso. Las defensas, bien plantadas, no dieron tregua.

Y así, sin más ni más, el árbitro pitó el final. Un empate sin goles que dejó a Tigres con un sabor agridulce, ya que podrían perder posiciones en la tabla.

Para el Puebla, aunque un punto siempre es bienvenido en su situación, la lucha por no desembolsar la famosa multa sigue siendo un tema candente, aunque la ilusión de colarse a la fiesta del Play-In siga siendo una lucecita lejana.