Este lunes 30 de septiembre, el rastro municipal de Izúcar de Matamoros, Puebla, fue cerrado con llave, impidiendo así el trabajo de los tablajeros en un día crítico, conocido como “lunes de mercado”, esta acción deja sin el abasto de carne a las familias izucarenses y al menos una decena de municipios de la región, todo esto como parte del paro de labores de trabajadores del ayuntamiento que dirige Irene Olea Torres.
Esta jornada es especialmente significativa, ya que miles de personas de Izúcar y sus alrededores, así como de estados vecinos, acuden al mercado Revolución, también llamado mercado nuevo y otros mercados para realizar sus compras.
El cierre se produce en el contexto de un paro de labores y una manifestación por parte de los trabajadores municipales, quienes culpan a la alcaldesa Irene Olea de esta situación. La protesta se origina por la negativa de la edil de pagar el aguinaldo prometido de cuatro quincenas, además del salario quincenal habitual.
Los empleados del rastro denunciaron que al llegar a las instalaciones, encontraron todo cerrado, incluso con un palo que bloqueaba una puerta corrediza para evitar el acceso. Según informaron, el velador que quedó a cargo fue el único que pudo abrir la puerta principal para permitir un chequeo de entrada, lo que resalta la falta de acceso general a las instalaciones.
Los tablajeros también expresaron su preocupación por el bienestar de los animales en las corraletas. Se observó que los porcinos, que debían ser sacrificados según la demanda de los introductoras, habían estado allí desde el jueves anterior sin recibir alimento, lo que agrava la situación. La falta de acción puede resultar en un desabasto de carne local, afectando tanto a los comerciantes como a los consumidores.
Los trabajadores enfatizan la necesidad de que la ciudadanía esté al tanto de esta problemática. La tensión entre los trabajadores y la administración municipal plantea interrogantes sobre el futuro del rastro y el impacto en la economía local.