Carlos Gómez / @gomezcarlos79
A menos de una semana de iniciar su administración, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, se topó con la cruel realidad poblana: inseguridad y hartazgo social que derivaron en el linchamiento de siete secuestradores.
Nadie debe responsabilizar al gobernador de lo ocurrido en Tepexco y Cohuecan.
Es una problemática que refleja en su justa dimensión lo que realmente ocurre en buena parte del territorio poblano.
Los delincuentes han crecido y actuado con tal impunidad que no hay un solo espacio libre de inseguridad en toda la entidad.
Por otra parte, existe un enorme hartazgo social que ha derivado en 18 linchamientos en lo que va de este 2019.
El mandatario poblano vivió ayer un día de complicado porque había dado un gran mensaje para revertir la complicada crisis que vive el IMSS en la entidad y se anunció la construcción de cuatro hospitales.
Parecía un día perfecto para la primera semana del mandatario poblano.
Sin embargo, la inseguridad pronto cambió la cara del día y lo que estaba ocurriendo en los límites con Morelos atrajo toda la atención de su gobierno.
Una banda de secuestradores plagió a un vecino de Tepexco y la población reaccionó de manera inmediata para enfrentar a sangre y fuego de los delincuentes.
Un primer recuento daba la cifra de un civil muerto, la víctima de secuestro liberada por la población y cinco secuestradores linchados.
Por la noche el mejor periodista de nota roja, Odilón Larios, reveló que en realidad fueron siete secuestradores linchados.
Una tarde complicada para un gobierno que apenas empieza.
Pero así es Puebla.
Ni la Guardia Nacional pudo evitar el sangriento linchamiento de siete secuestradores y la muerte de un civil.
Esto es Puebla lamentablemente.
Vamos a ver cómo actúa la nueva administración ante un hecho tan sanguinario.
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