Servicio de Agua de Puebla se convirtió en un negocio saqueador: César Musalem

Foto: Google Fan del Agua

Contrastes de Puebla / @ContrastesP

El servicio de agua potable de la ciudad de Puebla se convirtió en un negocio saqueador, ya que el gobierno depositó la gestoría del recurso hídrico en recomendados sin conocimientos científicos y técnicos, considera el politólogo, César Musalem Job.

A decir del especialista en temas de municipalidad, a la empresa Agua de Puebla se le puede anular el contrato del servicio si se obliga a los que ejercen el poder legislativo, y a los ayuntamientos involucrados, a consolidar la recesión de contrato, previo análisis jurídico de un experto, ligado a las causas de la cuarta transformación.

Y es que los diputados locales mayoritariamente morenistas decidirán los costos, calidad del servicio, usos tecnológicos, políticas de inversión, sistemas de sustentabilidad, entre algunas acciones administrativas ahora ausentes de una gestión que invirtió millones de pesos en un negocio que sus gestores tienen dos obligaciones: recuperar la inversión y obtener ganancias bajo las metas nacidas de sus estudios de inversión.

El problema es que metieron dinero del erario para crear un sistema, y lo dan para que los no inversores del sistema fundador (Agua de Puebla) gane dinero.

Actualmente, muchas voces en la capital del Estado de Puebla están pronunciándose en contra de que el servicio público del agua potable convertido ahora -bajo argumentos legales-, en mercancía destinada a producir ganancias, vuelva a ser gestionada por los gobiernos municipales pues la concesión abarca una geografía intermunicipal, detalló.

Para una mejor gestión deben ser oídos los expertos en todo lo que concierne al agua, para convertirla en un servicio sustentable, y eso será cuando el líquido vital sea gestionado científica y técnicamente.

El cobro se debe basar en la eficiencia y eficacia de la gestión para hacer ganar dinero a quienes obtuvieron la contrata, sin buscar la sustentabilidad reducida a que “siempre haya”, es atrabiliario y torpe.

Musalem Job explicó que en los últimos años la disponibilidad de agua se ha reducido a la mitad “a pesar de que contamos con extensos litorales”.

México está considerado un país con baja disponibilidad de agua debido a la sequía de sus mantos acuíferos, sobre todo en zonas donde hemos arrasado con los bosques.

Por otra parte, dijo, contamos con infraestructura obsoleta, fugas numerosas, y una ausencia de la cultura del ahorro del agua, que acelera la escasez.

Y es que el agua cubre el 75 por ciento de la superficie terrestre, sin embargo, el 96.5 por ciento lo conforman las aguas saladas de los océanos, un 2.5 por ciento es de agua dulce, pero dos terceras partes de ésta se encuentra en las regiones polares, el resto lo forman los sistemas de aguas subterráneas quedando menos del uno por ciento en aguas de ríos, lagos, pantanos y agua atmosférica.

Abundó en datos al señalar que las zonas ecológicas del territorio nacional, permiten que el agua sea filtrada a reservas subterráneas conforme es su proceso de filtración; así en las selvas húmedas hay una recolección del 11% del agua de lluvia, en las regiones de selva subhúmeda, el 17%; en los bosques de pino encino se concentra un 21%; así en las zonas de matorrales xerófitos y pastizal semidesértico un 50%, por lo que todo lo anterior influye sobre la forma, cantidad y calidad del agua que penetra en los sistemas acuíferos.
Recordó que la conservación del agua en el suelo o su paso a la atmósfera, lo que ocasiona que la disponibilidad del recurso sea variable en cada región del planeta.

Todo esto no es suficiente para las necesidades humanas, debido principalmente a que la cantidad de agua, no aumenta ni disminuye, pero la población humana sí. Esta ha crecido drásticamente y por lo tanto también la necesidad de una mejor gestión.

Si bien la cantidad de agua es constante, no lo es la forma en que se distribuye en el tiempo, ya que es irregular a lo largo del año y también varía en diferentes años, dependiendo de las condiciones climáticas globales.

s importante considerar que aún cuando se cuente con la cantidad de agua suficiente, ésta no puede cumplir con ciertas consideraciones que permitan su uso adecuado. Debe ser diferente el agua para uso y consumo humano, de la que se utiliza para riego, o la destinada al cultivo de organismos acuáticos, generación de energía eléctrica o para el uso industrial, concluyó.