Se terminaron los abrazos (de AMLO) y empezaron los balazos (la muerte del comandante)

*A mi amigo Eduardo González un fuerte abrazo por el fallecimiento de su señor padre. QEPD.

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
El ataque que sufrió un agente vial ante la banda de La Bolita en el centro de la ciudad y la muerte del comandante de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Jesús Humberto Vázquez Ojeda, alias Veneno, dejan en claro que la guerra contra los delincuentes va en serio y hasta las últimas consecuencias.
La frase del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de “abrazos, no balazos”, simplemente no aplica en ninguna parte del país y en la capital poblana queda claro que es una burla.
Los delincuentes que atacaron al comandante Jesús Humberto Vázquez dispararon directamente a su cabeza y lo privaron de la vida en la colonia Minerales del Sur.
La oportuna reacción de sus compañeros de la SSC, del Ejército Mexicano, de la SSP, de la Fiscalía y la Guardia Nacional, permitió la captura inmediata de 26 presuntos participantes en la balacera que le costó la vida al comandante.
No es un tema menor.
Es una declaratoria de guerra entre las corporaciones policíacas y los delincuentes.
Seguramente vendrán nuevos enfrentamientos y balaceras porque los grupos de delincuentes están fuertemente armados.
El caso del agente vial agredido por los delincuentes de La Bolita y la muerte del comandante “Veneno”, como le decían sus compañeros, debe encender los focos rojos en la capital.
Los abrazos propuestos por AMLO no sirven.
Ni tampoco sirve el regaño de las madres o abuelitas de los delincuentes como dice el presidente.
En Puebla costará mucho recuperar la seguridad y lamentablemente correrá más sangre porque los delincuentes ya no respetan, ni temen a los policías.
La guerra en Puebla va en serio.
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