Se extingue la campaña

Por José Antonio de la Vega Moreno

Sin duda, las elecciones del próximo dos de junio serán las más grandes de la historia reciente, al elegir en Puebla poco más de 2 mil cargos de elección popular.

Desde gobernador, senadores, diputados federales, legisladores estatales, presidentes municipales, síndicos y regidores, ni más ni menos, en juego.

Se diluyen las campañas en una transición proselitista muy desangeladas.

Los candidatos a la presidencia de la república, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Maynez, junto con sus candidatos a diputados y senadores, no prendieron, para algunos pasó de noche su peregrinar político.

Vamos, insípidas las campañas federales.

En Puebla, pese a las concentraciones políticas, las propuestas, fueron los encuentros y desencuentros, que caracterizó la campaña, los dimes y diretes, las acusaciones mutuas, las descalificaciones, la demostración y las agresiones.

Tanto Alejandro Armenta candidato por la alianza “Sigamos Haciendo Historia”, Eduardo Rivera Pérez por la coalición “Mejor Rumbo para Puebla” y Fernando Morales Martínez por Movimiento Ciudadano, tendrán una última tarea, armar sus lanzas y estrategia electoral.

Sin duda se hicieron adultas las campañas políticas y comenzará el ajuste de la estrategia en cada uno de los equipos electorales para el día “D”.

El ejército electoral tendrá que solventar lo hecho en el  proselitismo iniciado en aquel 31 de marzo y que concluirá este 29 de mayo.

De aquí al encuentro con las urnas, los equipos de todos los frentes políticos tendrán que demostrar su capacidad de convencimiento para que su gente, el electorado salga a votar.

Abarrotaron plazas, parques, estadios, lienzos, plazas cívicas, ahora, su labor es hacer que vayan a las urnas.

Todo estos escenarios llenos, a reventar, ya no garantiza en nada el triunfo de uno o de otro.

Para los equipos electorales de Armenta, Rivera y Morales, debe ser una tarea titánica para hacer la bendita movilización el día domingo.

Se extinguen las campañas y con ello comienza la preocupación del cuidado de casillas, de a completar los representantes electorales de los candidatos, pero sobre todo de que operadores políticos cumplan sus objetivos electorales, los altos números prometidos y por consecuencia lógica, el triunfo.

Se acaban las campañas insípidas por un lado, desangeladas por otro y más allá atropelladas.

Ahora nosotros, la ciudadanía toda, como una responsabilidad cívica que tenemos, debemos salir a expresarnos en las urnas el próximo domingo dos de junio y hagamos del proceso electoral una fiesta altamente democrática.