Se ahoga Pablo Rodríguez

Erick Becerra

Pablo Rodríguez no sabe ganar.
Pero tampoco perder.
Cuando fue candidato a la alcaldía de Puebla -por el PAN, obviamente- y compitió contra Enrique Doger, no pudo ni meter las manos.
Alfredo Rivera –entonces líder del PRI capitalino- se lo gritó al salir de una entrevista en Radio Oro: “vas a perder, Pablito, vas a perder”.
El PAN venía de condiciones desfavorables después de que se había ido a la calle de la amargura cuando perdió contra Mario Marín.
Y en ese entonces recurrió a lo único que tiene: la santa cruz, las familias custodias y la “buena voluntad” de los poblanos.
Como si eso fuera suficiente para ganar elecciones.
Mario Marín y Doger le demostraron que en ese entonces las elecciones se ganaban con votos, con promoción, claro, movilización y mucha y efectiva comunicación.
Cuando Rafael Moreno Valle gana el gobierno, en 2009, la iniciativa privada –de las familias custodias- ven perder su poderío, y Pablo logra acercarse a “Rafa” ofreciendo ser un puente con la Derecha poblana.
Pero no lo fue.
Perdió representación porque en lugar de ver cómo hacía para amalgamar la locura imperial de Moreno Valle con las aspiraciones ¿legítimas? de la derecha poblana empresarial, acomodaticia y changarrera, vio para su santo.
En lugar de hacer su trabajo se acomodó para su beneficio personal y la IP lo desconoció.
Bueno, hasta se produjeron pleitos familiares irreconciliables.
Hoy que Genoveva Huerta hizo líder de la bancada de diputados locales del PAN a Oswaldo Jiménez se rasgan las vestiduras y pelean en los medios lo que no pudieron defender en la mesa.
No ha lugar.
El PAN tiene que cambiar si es que quiere pelear. Ya no ganar, sino competir.
Y claro, eso no lo va a entender Pablo porque su protector ya no está. Porque le urge fuero para defenderse de acusaciones serias que la 4T le tiene preparadas. Al tiempo.
Gracias y nos leemos mañana.
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