

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
La reunión entre panistas del pasado sábado en un hotel del centro de la ciudad de Puebla no fue el destape de Eduardo Rivera para la dirigencia nacional y tampoco de Adán Domínguez para la dirigencia estatal del PAN.
Se equivocan los que piensan que fue un destape.
Por el contrario, fue una reunión convocada para analizar los resultados electorales del pasado 2 de junio, para hacer un ejercicio de autocrítica entre los propios panistas y buscar alternativas para que el PAN sea nuevamente un partido competitivo.
El PAN está en crisis y los destapes serían muy inoportunos, debido a que primero deben entender por qué la gente votó por Morena y no por el PAN, por qué la alianza con el PRI resultó un rotundo fracaso y cómo se pueden meter de nuevo en el ánimo de los poblanos.
El propio Eduardo Rivera aclaró en una entrevista que no busca la dirigencia nacional y, por el contrario, participará en la Comisión de Análisis de los Resultados Electorales que convocó el CEN del PAN.
Para Eduardo Rivera hay varios caminos que tomar, pero primero debe entender que antes de cualquier proyecto personal deben fortalecer su relación con los mexicanos, ser un partido realmente de oposición a Morena y recuperar el terreno perdido.
Así que tanto Eduardo Rivera como Adán Domínguez no buscan, por ahora, un cargo partidista.
Aunque todo puede cambiar en el mediano plazo.
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