
Los integrantes de la LXI Legislatura prometieron civilidad política, diálogo y apertura para abordar diversas reformas de ley, lo que no debe interpretarse como sumisión para los siguientes tres años.
Lo anterior se desprende por la toma de protesta de los 41 diputados locales a cargo de la titular de la Mesa Directiva, Nora Merino Escamilla y en presencia del gobernador Miguel Barbosa Huerta.
El diputado del PVEM, Jaime Natale Uranga, destacó que habrá una agenda progresista para enfrentar los retos de Puebla, donde se vive una fuerte crisis de salud a consecuencia del COVID-19.
Por su parte, el legislador del PT, Mariano Hernández Reyes, manifestó que el Congreso del Estado de Puebla, no debe convertirse en un escenario para “ajustar cuentas” con los adversarios políticos.
Durante su intervención, el diputado local del PRI, Néstor Camarillo Medina, señaló que las “coincidencias no significan sumisión”; destacó que el instituto tricolor será una oposición responsable durante la LXI Legislatura.
En tanto, el diputado local del PAN, Eduardo Alcántara Montiel, confió que el Congreso del Estado no se convierta en un mercado de culpas”, pues todos debe privilegiar el diálogo y estar abierto a la crítica.
Por último, el diputado de Morena, Roberto Solís, señaló que debe existir una política de inclusión en la LXI Legislatura, donde se permita seguir con la transformación de Puebla, mediante el diálogo y respeto.