Erick Becerra
No podemos detener la vida en el país a pesar del COVID-19.
Tenemos que reanudar actividades porque insisto que en México no bajará la curva de contagios como sí ocurrió en países de Europa.
Y si no reactivamos -cumpliendo todas las medidas de prevención necesarias- no sólo el comercio y los servicios, colapsarán, sino que todos lo haremos.
Hablando de educación, el acuerdo que firmó el presidente López Obrador con las televisoras este lunes es muy valioso porque expone contenidos de manera masiva.
Pero se perderá la experiencia del aprendizaje y la personalización de la educación así como la interacción.
Ayer conversé en el noticiario de revista En Punto con el Vicerrector Académico de la Upaep, Mariano Sánchez Cuevas.
Coincidíamos en la necesidad de la interacción presencial entre estudiantes y profesores porque de eso también consta la educación.
Me sorprendí porque me actualizó los datos de población escolar en la Upaep: 50% de los estudiantes son originarios de Puebla y el resto proviene de otros estados.
Esto hace concluir que la mitad de la población escolar de la Upaep -institución conducida por Emilio Baños Ardavín- debe estar, a unos días de comenzar las clases, en sus respectivos lugares de residencia.
Esto inactiva por supuesto la vida comercial en torno a la universidad. Papelerías, restaurantes, gimnasios y muchos más no tienen operación y los dueños de esos locales también padecen la falta de ingreso por sus rentas.
Pero no me desvío. Vuelvo al punto del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La universidad tiene 600 estudiantes extranjeros y ha restablecido una muy amplia red de Intercambios virtuales de estudiantes internacionales a través de Upaep Global, y gracias a
180 convenios internacionales los alumnos pueden interactuar con profesores y estudiantes de otros países.
Antes de la pandemia la educación ya era parcialmente a distancia. Y las herramientas con las que cuentan universidades como la Upaep los hizo poder adaptarse prontamente a la realidad actual.
Los posgrados comenzaron este lunes y la clases en escuelas y universidades particulares iniciarán el lunes.
Ahora reanudarán clases virtuales y cuando el semáforo lo permita y las características de los cursos lo obliguen, harán presencia con todas las medidas preventivas que tienen listas ya.
Urge poner atención en que el ciclo escolar 2020-2021 no sea un año o medio año perdido porque México no lo aguantaría.
Y en educación básica pública me alarma la nota principal de El Universal de este martes que pronostica una deserción de 1.4 millones de estudiantes, lo cual retrasaría cinco años el nivel educativo y ampliaría la marginación, según alertó el PNUD.
Urge que todos: gobiernos, empresas y familias pongan todo de su parte para que éste no sea un año perdido. No podemos parar. Mexico no debe paralizarse, pero debe prevenir mucho más de lo que está habiendo para frenar el ascendente contagio.
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