Duro golpe a Claudia Rivera, Nacho Mier y Abdala.
De nada sirvió la operación política de la ex presidente municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco.
De nada sirvió que Rodrigo Abdala Dartigues lucrara con los programas sociales.
De nada sirvió que el diputado federal de Morena, Ignacio Mier Bañuelos, metiera las manos en el proceso interno de selección de consejeros.
¡Reitero, de nada sirvió su operación política!
Y es que en política aplica el dicho popular: “Más vale malo conocido que bueno por conocer” y eso es el propio gobernador del estado de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, quien dio una vueltera en las votaciones de Morena.
Ganar un total de 116 consejeros de las 150 posiciones en disputa, prácticamente sepulta a los tres personajes antes citados y también, sepulta posibles aspiraciones que puedan tener en 2024.
Es importante mencionar que los consejeros estatales, juegan un papel importante en las decisiones internas de un partido político.
Y una de esas decisiones, será la designación de la nueva presidencia estatal de Morena, que sin duda será afín al mandatario poblano para lo que resta de su administración.
Pero ganar la mayoría de consejerías y prácticamente tener amarrado al nuevo líder dentro de Morena, también tiene otra lectura política muy importante dentro de Morena.
¿A qué me refiero?
Para el 2024 no se permitirán los atropellos, anomalías, abusos y dedazos de los actores políticos que en el 2021 se caracterizaron por la imposición de candidatos que derivaron en la debacle de Morena en varios municipios o que han sumergido a las demarcaciones en inseguridad.
Los responsables de esos tropiezos que se cometieron en el 2021, tienen nombre y apellido y ya los citamos arriba, luego de que perdieron el control del partido político para futuras decisiones, situación que también implica, que sus posibles aspiraciones estén en la cuerda floja.
Por eso insisto, duro golpe a Claudia Rivera, Nacho Mier y Abdala.
Hasta aquí mi reporte.
Recuerden escribir a chucholemus58@gmail.com
LA FRASE
“Sólo hay una regla para todos los políticos del mundo: no digas en el poder lo que decías en la oposición”.
John Galsworthy
