Miguel Barbosa no solapó la corrupción de Guillermo Aréchiga y Francisco Romero

Carlos Gómez / @gomezcarlos79


El sello característico del gobierno de Miguel Barbosa es el combate a la corrupción de pasadas administraciones y de su propia gestión.
El mensaje es claro con el encarcelamiento del ex secretario de Movilidad y Transporte, Guillermo Aréchiga, a quien le dio toda la confianza para sacar adelante el proyecto de modernización del transporte público y le falló.
Es más, Guillermo Aréchiga otorgó concesiones de manera irregular en un claro acto de corrupción que ya le costó su libertad.


Y lo mismo ocurrió con el auditor, Francisco Romero Serrano, quien perdió el piso con el poder y todo el dinero que obtuvo de manera ilícita.
Francisco Romero pasará a la historia como el auditor que terminó preso.
Ese tipo de mensajes de castigo a la corrupción es para todos los colaboradores de Miguel Barbosa.
Se castigará a todos aquellos que pretendan abusar de sus cargos.
El mensaje es para todos.
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