Márquez y Lastiri, los “liderazgos regionales” de aquí cerquita

Poder de Mujer

Jésica Baltazares

Hace muchos años Juan Carlos Lastiri –con motivo de una elección interna de candidato en Chignahuapan que derivó en la fractura del PRI local-, dijo a un grupo de aspirantes “el problema de ustedes, los de Chignahuapan, es que no saben ponerse de acuerdo, platiquen, decidan y respeten sus acuerdos porque si no, ninguno de ustedes va a ser”. Y en efecto, ninguno de ellos fue.

Lastiri en aquélla ocasión no hablaba al aire. En efecto “acuerdos” han sido la clave en la estabilidad política del vecino municipio de Zacatlán, donde los Lastiri (Léase Juan Carlos) y los Márquez (léase José Luis) han definido, dictado y llevado al poder a quien sus “acuerdos” se les ha hinchado la gana.

Bien podría aplicarse a este par la frase aquélla de que “entre mujeres podemos despedazarnos, pero jamás nos haremos daño”, llevada al plano del poder, esa droga que permite hacerse amigos temporales si la ocasión lo amerita.

Esta elección es pues el mejor ejemplo de lo dicho por Lastiri. José Luis Márquez y él, grupos aparentemente antagónicos, han logrado históricamente ponerse de acuerdo (cuando su interés así lo mandata) para llevar a uno u otro al poder o… para no dejar pasar a otro más.

Esto ha permitido que ambos grupos políticos se mantengan vigentes y como el fiel de la balanza.

Sabedores de que los acuerdos lo son todo, Lastiri y Márquez, sí Juan Carlos y Pepe, se han sentado a fumar la pipa de la paz y han pactado uno más en su amplia historia, tan bueno es éste, que decidieron ir de la mano en la elección 2018, consientes que un voto menos, o más, podría ser la diferencia entre ganar o perder.

Así ambos grupos, los Lastiri y los Márquez darán pasos simultáneos para llevar al triunfo a Luis Márquez y Juan Enrique Rivera, candidato a presidente municipal y diputado federal respectivamente.

¿La diputación local? Esa es otra historia y dependerá de quién finalmente se queda con la candidatura, si ésta recayera en Delfina Pozos, olvídelo, por más malo e insípido que sea el abanderado panista, Raúl Espinosa, le guste o no, será su próximo legislador.

Y la ecuación es muy simple. Delfina=Leobardo Soto. Por tanto el dúo dinámico no está dispuesto a permitir que en sus terruños entre un tercer grupo de poder. Cada quien lo suyo, faltaba más.

Ahora que si la posición, como dicen algunos, recae en una decisión de Lastiri y compañía, la historia cambia y Raúl Espinosa conocerá, una vez más, el amargo sabor de la derrota.

Mientras tanto, lo seguro es que la elección será no sólo con todo, sino una de las más cerradas en la historia regional. Y es que si del lado del PRI están listos y trabajando en acuerdo, del lado del PAN y en general del Frente, no están ni mancos y mucho menos, chimuelos.

Otra vez los panistas de “abolengo” en Zacatlán

Y ya que hablamos del PAN, los azules de “abolengo” tienen un serio problema, sus ambiciones personales. Figuras como Alberto Amador y María Esther Jiménez estiran la liga y presionan porque quieren ser los candidatos en Zacatlán.

Estas fracturas en poco abonan a un personaje que los supera por mucho en preferencia y ya viene haciendo un trabajo político sin reflectores.

Sí, ha optado por trabajar tras bambalinas. No sale a la luz, no levanta la mano, ni dice “esta boca es mía”. Su estrategia pues, es el silencio y la observación del panorama.

El problema es que en poco, muy poco, abonan los panistas de abolengo. Y es que desde su limitada perspectiva piensan que “conmigo no sé si ganes, pero sin mí, pierdes”. Y en ese afán, no hay una definición pública, porque es posible que en la mesa esté todo arreglado, pero a la vista del ciudadano aún no.

Prende alarmas posicionamiento de Barbosa en Puebla

Un estudio demoscópico de una de las empresas encuestadoras más serias en Puebla habría prendido la alarma.

Sus resultados colocarían en la Ciudad de Puebla al precandidato de MORENA a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta, 18 puntos arriba de Martha Erika Alonso, quien abandera a la coalición integrada por PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, PCP y PSI.

Si buscan argumentos la inseguridad en la capital poblana probablemente se ubique en la posición número uno.

Si buscan explicaciones más allá de lo visible –y aunque este tema quiero abordarlo con mayor precisión en mi próxima entrega-, el hecho se remitiría a una cuestión de esperanza.

Sí. Y no me ciño al “MORENA la esperanza de México”. Sino a la real, a lo que la figura de Andrés Manuel López Obrador despierta entre el ciudadano común y corriente.

La esperanza de un cambio. De un cambio real. Si será cierto o no en los hechos, en este momento para la gente es lo de menos, está ávida de alguien que le prometa por lo menos no ser igual al resto. Está ávida de creer.

Los mexicanos sí, siempre anhelan lo que no tienen. Y Andrés Manuel lo sabe muy bien.

Para los que pensaba que AMLO era una cosa pero los candidatos de MORENA otra y no tendrían el mismo impacto en las urnas, aguas, la realidad les está golpeando el rostro.

Mi correo kiro030@hotmail.com