La sucesión de la BUAP está blindada a favor de Lilia Cedillo

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Cuando la Auditoria Superior del Estado (ASE) interpuso una demanda penal contra varios funcionarios de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), provocó que se rompiera una sucesión que estaba cantada a favor del tesorero, Oscar Gilbón.
En esa misma denuncia penal se incluyó a otros personajes de primer nivel que los dejó también fuera de la sucesión.
Con este inédito escenario, la BUAP por algunas semanas se quedó sin aspirantes claros a la Rectoría.
Ahí surgió el nombre de Lilia Cedillo como la mejor opción para los universitarios, debido a que su prestigio académico, su calidad humana y el apoyo que tiene en diversos grupos universitarios la posicionaron de inmediato como el mejor prospecto.
La investigadora está ajena a cualquier intento de la ASE por presentar alguna denuncia en su contra, su trabajo académico la respalda y no tiene ninguna forma de ser involucrada en cualquier tipo de escándalo.
Por otra parte, Guadalupe Grajales y Porras se desesperó al notar que no tenía ni el apoyo de la comunidad universitaria, ni del Gobierno de la República o del Gobierno del Estado.
Trató de jugar un doble papel de ser secretaria General y aspirante a la Rectoría y pagó las consecuencias.
Guadalupe Grajales va la competencia sin oportunidades de ganar porque le faltan apoyos internos y externos.
La pieza que amarró la sucesión es José Carlos Bernal, al ser nombrado Secretario General de la BUAP.
José Carlos Bernal tiene toda la experiencia académica, administrativa y política para realizar un proceso electoral universitario basado en la legalidad.
Pronto empezarán las expresiones de los grupos universitarios a favor de Lilia Cedillo y eso ya nadie lo podrá evitar.
La sucesión está perfectamente blindada.
Las reglas de la sucesión cambiaron, pero todas juegan a favor de Lilia Cedillo y nadie podrá evitar que sea la primera rectora de la BUAP.
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