La muy lejana lucha electoral

Erick Becerra

Si los partidos políticos en Puebla están pensando en la próxima elección en este momento, están en el hoyo.
Es decir: obvio que las cúpulas y sobre todo los personajes que se creen con algo de punch para buscar una postulación deben trabajar en unas cinco dimensiones:
Imagen personal. Su proyección hacia los tomadores de decisión, hacia el electorado y hacia sus contrincantes que hoy pueden ser aliados o incluso enemigos.
Formación de aliados de manera horizontal, pero sobre todo que su jefe político –en el caso de Morena, el gobernador Miguel Barbosa, claro está- y también colegas de otros partidos políticos, pensando en posibles coaliciones.
Fortalecimiento de sus oportunidades y reducción de debilidades y amenazas.
Cuadrar sin problema alguno aspectos jurídicos, tales como vecindad y otros requisitos.
Pero sobre todo, cada uno de los aspirantes a buscar un cargo de representación popular –particularmente quienes están en el gobierno- deben actuar sin que se les note, porque a la primera que se vea que desde el gobierno o incluso en la oposición buscan una posición valiéndose de su cargo, están fritos.
Esto es: el gobernador Miguel Barbosa ha dicho que ahorita están empezando su gestión y que ninguno de los que trabajan con él pueden distraerse en comenzar a pensar en sus candidaturas.
Por eso, pienso que cuando mucho pueden construir escenarios y plantearse los cinco puntos planteados arriba, pero no pueden iniciar una carrera rumbo a una eventual postulación.
Aún no es tiempo, por ejemplo, de construir estructuras de promoción y movilización y mucho menos si trabajan en el gobierno.
El gobernador no va a tolerar que alguien se mueva antes de tiempo. Es más: no va a tolerar que alguien se mueva. Punto. Los tiempos los marcará él y las formas también.
Por eso es que veo con interés pero con mucha suspicacia posturas de algunos que se creen candidatos o que intentan anular a sus posibles contrincantes internos.
En esta nueva forma de hacer política, las reglas cambian, como en el big brother.
En los partidos de oposición, la lógica es diferente.
Ahí, si no comienzan a tejer alianzas, quienes piensan que pueden ganar las candidaturas, se quedarán igual que en la anterior elección: viendo cómo el líder nacional designa candidato.
Pero como diría el clásico, primero el proyecto, y luego el candidato.
Además, la oposición debe analizar muy bien esto: la baja votación pese a la cual ganó Morena este año no tiene por qué repetirse, pues cada elección es diferente. Sobre todo si tu presidente está aprobado por 8 de cada 10 electores.
Gracias y nos leemos mañana.

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