Carlos Gómez / @gomezcarlos79
La aparición de siete cuerpos sin vida en el Periférico de Puebla, el pasado viernes, es un claro reto a las autoridades.
Este terrible caso demuestra que existe una grave crisis de inseguridad en todo el territorio poblano y ya llegó al tema electoral.
Por ejemplo, ayer fue atacado a balazos el candidato del PRD a la Presidencia Municipal de Ajalpan, Mario Franco Barbosa, quien afortunadamente ya se encuentra estable según el último reporte de la Secretaría de Gobernación.
Pero es otro caso que se suma al asesinato del precandidato a la Presidencia Municipal de Acatzingo por Morena, Jaime González Pérez, ocurrido días antes de iniciar la campaña en marzo pasado.
Y en pleno proceso electoral se debe sumar el crimen de Vielka Pulido, su novio y de un comerciante en la zona de Zavaleta.
Pero lo ocurrido el pasado viernes encendió los focos rojos en materia de seguridad.
Y es que en Puebla existe un grupo criminal que es capaz de levantar a José Alejandro Vega Flores, alias El Tiburón, mantenerlo privado de su libertad y asesinarlo junto con otras seis personas, decapitar a cinco, desmembrar a una y dejar los siete cuerpos dentro y fuera de un automóvil en el Periférico.
El llamado del gobernador, Sergio Salomón, para mantener la unidad en Puebla para poder combatir a los criminales es necesario, pero se necesita que la Fiscalía General del Estado y la Secretaria de Seguridad Pública hagan de su parte y logren detener a ese peligroso grupo criminal.
Hasta que no se detengan a los delincuentes, no habrá paz, ni tranquilidad, ni seguridad en Puebla.
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