Carlos Gómez / @gomezcarlos79
El 5 de marzo del 2020 marcará la historia de Puebla durante las siguientes generaciones, porque los 150 mil jóvenes que marcharon desde la Avenida Juárez hasta Casa Aguayo alzaron la voz como nunca se había escuchado en Puebla durante las últimas décadas.
Jamás había un registro en una marcha social de contingentes que estaban continuos desde el zócalo, la avenida Juan de Palafox, el bulevar 5 de Mayo hasta Casa Aguayo.
Las voces, los reclamos, las pancartas, la solidaridad, el orden, las consignas, los rostros llenos de hartazgo, los ojos llenos de rabia por tanta inseguridad, la voz llena de esperanza y de exigencias.
La clase política poblana quedó muda y los gobernantes con pocas palabras ante la magnitud del reclamo social.
Nunca se olvidará este 5 de marzo porque representa un antes y un después en las protestas sociales alejadas de la violencia.
Hay grandes esperanzas en los miles de jóvenes que este 5 de marzo marcharon sin temor, sin violencia, sin desmanes, sin un solo vidrio roto, sin una pinta en muros y dejando un gran ejemplo.
Históricamente Puebla ha marcado a México por su rebeldía, su entereza y su valor ante los cambios sociales y políticos.
Hoy queda claro que tenemos ante nosotros una nueva generación que ha generado la esperanza de cambiar de fondo todo lo podrido que está en nuestra sociedad.
Faltan palabras para describir los sentimientos que despertaron los miles de jóvenes en las calles de Puebla.
Nadie pudo, ni podrá callar su voz.
Sus demandas son tan legítimas que los niños y adolescentes que hoy los vieron marchar por su reclamo legítimo de seguridad seguirán su ejemplo.
No queda más que agradecer a los miles de jóvenes que tomaron de manera ordenada y ejemplar las calles de Puebla.
A los gobernantes les toca responder con hechos a las demandas de los universitarios.
A la sociedad nos queda aplaudir y apoyar a los universitarios.
¡Qué orgullo ser poblano!
¡Qué orgullo tener jóvenes como los de la Mega Marcha Universitaria!
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