“La historia no ha cambiado… continúa la persecución de la mujer”

María Estela Morales Francisco / Síntoma & sínthome*

Quién olvida
su historia está
condenado a repetirla
Marco Tulio Cicerón.

Desde la violencia sexual, matrimonio forzado, violencia doméstica, mutilación genital, orientación sexual e identidad de género, acoso laboral, esterilización forzada, aborto selectivo, crímenes de honor, acoso callejero, trata de personas, feminicidios etc, sólo son algunas de las causas que derivan la persecución de mujeres con motivos de género a las que se enfrentan en su contexto.
Esta violencia en la actualidad, es mirada como la forma más grave de vulnerar los derechos humanos de niñas y mujeres en todo el mundo.
No solo han sido discriminadas por sus Estados, al considerar estas prácticas de violencia como “usos y costumbres” en algunos casos, sino también lo han sido por parte de su comunidad y sus propias familias.
Resulta increíble que en estos tiempos, aún se observen este tipo de situaciones, todas estas acciones en contra de mujeres se reproducen de manera cotidiana en cualquier parte del mundo; pese a la existencia de diversas leyes y estrategias públicas y privadas en la protección de derechos.
Pero ¿Cómo empezó esto ¿Por qué se sometió a la mujer a este tipo de acechos? ¿Quiénes iniciaron esto?
Pensar en lo femenino y la mujer es un asunto urgente pero pendiente en las agendas académicas para la revisión, investigación y seguimiento que posibiliten redescubrir diversas líneas teóricas para incidir en lo que significa ser “mujer”. Sin dejar fuera el ámbito en la defensa de derechos civiles, políticos, de justicia social y salud.
Aún persiste en lo social, cultural y político en la historia negar el acceso a las mujeres en los sistemas e instituciones que son consideradas de “poder”.
Sin contradecir lo anterior, sí ha habido casos que son la excepción, donde algunas mujeres ocupan cargos que representan una jerarquía o de poder, sin embargo, lo hacen bajo la lógica de los hombres, es decir, defendiendo los principios de la sociedad patriarcal.
Desde este discurso se considera al patriarca como el “dueño” de todo lo que está en su entorno y quien toma decisiones en el grupo que encabeza.
A lo largo de la historia en diversas culturas se establece un pacto para resguardar los privilegios del hombre y no se vea amenazado el modelo patriarcal, bajo ninguna circunstancia.
Por tanto, el posicionamiento social patriarcal en el malestar de la cultura, revela como síntoma la persecución de mujeres, en este sentido, los feminicidios en nuestros tiempos son una manera de destruir lo femenino en ambos: hombre y mujer.
Lo femenino se ha mirado como la encarnación de la ruptura, la desobediencia, lo amenazante para la lógica del sistema.
De tal manera parece que las mujeres deben de aprender a cuidarse de los hombres, de la amenaza masculina, como si esto fuera lo esperable. Por ejemplo, cuando muchos de nosotros, decimos “Así son las cosas” “Así siempre ha sido” y “Así continuarán siendo”.

¿Y sí… así deben seguir las cosas?
¿Existe un pacto social, cultural y político entre mujeres?
¿Cuál es el papel que cada uno de nosotros debe asumir, desde su entorno?
¿ Por qué aún siguen presentes diversas prácticas de violencia contra la mujer, sí existe la defensa de derechos?
¿ Qué es lo que permite que estos actos de violencia se reproduzcan y aumenten los niveles de crueldad?
¿Qué estamos haciendo para mirarnos, como seres humanos?

* Autora: Mtra. María Estela Morales Francisco
Docente y Psicoanalista, egresada de la Mtría en Psicología Clínica en UPAEP, Investigación e Intervención Psicoanalítica de causas sociales en México, miembro de Lapsus de Toledo y Apertura en Investigación y Psicoanálisis.