Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Entre los líderes del PAN hay un debate sobre las ventajas y desventajas de abrir el proceso electoral a la militancia para renovar la dirigencia estatal, sobre todo porque la pugna caería en la tentación de compra de votos y que, desde Morena, se apoye a uno de los aspirantes.
No es un tema menor, es una posibilidad real porque la derrota del pasado 2 de junio sacudió la estructura panista y la pelea por la dirigencia estatal del PAN será sin tregua.
Y en caso de que se habrá el voto a la militancia, se prevé una compra de votos masiva por parte de los aspirantes para lograr el triunfo.
Actualmente muchos panistas se quedarán sin empleo a partir de octubre próximo y así será por lo menos durante los próximos tres años, por eso podrían caer en la tentación de vender sus votos a cambio de dinero y de promesas de próximas candidaturas en el 2027.
¿Y cuáles son los grupos que podrían incurrir en esa estrategia de compra de votos?
Evidentemente sólo hay dos: el grupo de Eduardo Rivera y el de Edmundo Tlatehui.
El dinero de Puebla y de San Andrés Cholula se pondrían en competencia para la compra de votos.
Y con respecto a la injerencia de Morena, existe la posibilidad de que alguno de los aspirantes del PAN pueda hacer un pacto para ganar la contienda interna a través de apoyos externos para la compra de votos.
El PAN deberá tomar una decisión, pero ya sea mediante el voto de los consejeros o de la militancia, se prevé un verdadero choque de trenes cargado de billetes entre Eduardo Rivera y Edmundo Tlatehui.
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