Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Aldo Padilla Cid, de 18 años y recién egresado de la preparatoria Zapata de la BUAP, murió de la forma más cobarde posible.
A las nueve de la noche del pasado lunes, el joven salió de su clase de baile y se dirigía a su domicilio cuando fue interceptado por delincuentes en la 17 Sur y 35 Poniente de la colonia Volcanes en la ciudad de Puebla.
Aldo no llevaba ninguna pertenencia de valor, ni cartera, ni celular y eso –presuntamente- enfureció a los asaltantes que no dudaron en herirlo de muerte y escapar del lugar.
Se sabe que Aldo aún camino herido de muerte por las calles de la peligrosa colonia Volcanes hasta la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en donde pudo pedir ayuda a vecinos que caminaban por el lugar.
Las personas que lo apoyaron vieron que el joven estaba gravemente herido y le prestaron un teléfono celular con el cual llamó a sus familiares para pedir apoyo.
En pocos minutos, la familia de Aldo llegó hasta la parroquia y ante la gravedad de las lesiones decidieron no esperar la llegada de las ambulancias y con sus propios medios lo llevaron al Hospital Universitario.
Lamentablemente Aldo murió en el camino.
Falleció con su familia mientras era trasladado al hospital.
El joven fue recibido aún en el área de urgencias del Hospital Universitario, en donde lamentablemente les confirmaron que ya no tenía signos vitales.
Aldo fue sepultado el pasado miércoles y hasta ayer jueves se conoció la terrible historia de manera pública.
Desde luego que la comunidad universitaria de la BUAP alzó la voz para exigir justicia.
El rector, Alfonso Esparza, hizo lo propio y se sumó a la demanda de todos los estudiantes.
Es lo menos que se puede exigir.
La mega marcha del 5 de marzo contra la inseguridad surgió por el asesinato de los estudiantes de la UPAEP y BUAP en Huejotzingo.
Ahora le tocó a Aldo.
¿Qué más tenemos que esperar para exigir mayor seguridad en todo el estado?
Es trabajo de la Fiscalía General del Estado encontrar a los responsables de este terrible asesinato.
Desde aquí un abrazo solidario a la familia de Aldo y a toda la comunidad universitaria.
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