Carlos Gómez / @gomezcarlos79
En las interminables horas que se vivieron tras la inesperada muerte del gobernador, Miguel Barbosa, el pasado 13 de diciembre del 2022, uno de los nombres que se puso en la mesa con mucha fuerza para ocupar el cargo fue el de Julio Huerta.
En las negociaciones que se hicieron a más alto nivel hubo otros nombres con reales posibilidades y otros que salieron de la imaginación de Nacho Mier como el de Enrique Doger, Fernando Manzanilla o Claudia Rivera Vivanco.
Los verdaderos nombres que se pusieron bajo negociación desde un principio eran el de Julio Huerta, Sergio Salomón Céspedes y uno más.
En las negociaciones entre los diversos actores políticos locales, el nombre de Julio Huerta sí estuvo presente y él se promovió para el cargo, pero no alcanzó los consensos necesarios para ser aprobado en el Congreso del Estado de Puebla y por eso fue descartado.
La operación política necesitaba mayoría o unanimidad para poder dar legitimidad al gobernador interino y gobernabilidad en Puebla, y Julio Huerta no consiguió los apoyos necesarios.
Después de varias horas de negociación entre el secretario de Gobernación, Adán Augusto, y las principales fuerzas políticas de Puebla se llegó a la propuesta de Sergio Salomón Céspedes para ocupar el cargo y los diputados locales respaldaron la propuesta.
Desde luego, la opinión de la señora Rosario Orozco fue fundamental para avalar la llegada de Sergio Salomón Céspedes como gobernador interino.
Julio Huerta se quedó muy cerca y en la negociación política amarró la Secretaría de Gobernación como antesala a su aspiración personal de ser gobernador de Puebla para el 2024.
Por eso es que ya echó andar toda la maquinaria política y mediática que está a su alcance para mantener al Barbosismo como la principal fuerza política en Puebla.
Se equivocan quienes minimizan la capacidad y méritos de Julio Huerta para ser gobernador de Puebla.
Es cierto que entró tarde a la carrera de la sucesión, pero llega como el heredero político de Miguel Barbosa y buscará retener la gubernatura en el 2024.
Julio Huerta sabe también que su llegada tardía a la sucesión lo deja en desventaja con Alejandro Armenta e Ignacio Mier, pero se ve en las boletas electorales del próximo año, quizá en la fórmula uno del Senado.
Ya veremos para qué le alcanza a Julio Huerta.
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