

Este miércoles, desde la chimenea de la Capilla Sixtina se elevó humo negro, señal inequívoca de que la primera votación del Cónclave no logró el consenso necesario para elegir al nuevo Papa.
La expectación mundial continúa mientras los cardenales, reunidos a puerta cerrada, prosiguen con las deliberaciones.
El tradicional color del humo indica que, por el momento, no se ha alcanzado la mayoría calificada de los cardenales, requisito indispensable para nombrar al sucesor del Papa Francisco.
Millones de fieles católicos alrededor del mundo siguen atentos cada señal que emana del Vaticano, con la esperanza de ver pronto el humo blanco que anunciará al nuevo líder de la Iglesia.