Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Guadalupe Grajales no sabe hacer campaña para la Rectoría de la BUAP.
La académica nunca entendió que para poder ganar la elección debería contar con “operadores universitarios”, con un buen equipo de campaña, con un coordinador, con una estrategia y un plan de acción ante una campaña inédita.
La académica cree que sólo con oficios se hace campaña y se puede ganar la elección.
Lupita Grajales jamás entendió el proceso de sucesión en la BUAP y creyó esa falsa hipótesis de que ella sería la candidata de Beatriz Gutiérrez, esposa de Andrés Manuel López Obrador, y con ello estaría garantizado su arribo a la Rectoría.
Evidentemente no supo leer a tiempo las señales al interior y exterior de la BUAP y éstas jamás le beneficiaron.
Ella está prácticamente sola en este proceso universitario y en un triste mensaje que ayer compartió en sus redes sociales demuestra su desesperación:
“No puede ser posible que de 43 unidades académicas sólo tres respondieron a mi solicitud para dar a conocer mi Plan de Trabajo. ¿Cómo se supone que participemos libremente en estas elecciones si parece estar todo controlado? La Universidad tiene como obligación dar difusión a la información de sus candidatos.
Como universitarios tenemos que exigir y propiciar que las unidades académicas nos dejen dar a conocer nuestro Plan de Trabajo”.
Este mensaje demuestra, una vez más, que carece de un equipo de campaña y su coordinador u operador sería el encargado de concretar la reunión con las unidades académicas.
Lupita no lo sabe, pero a la mayoría de los universitarios no le interesa su propuesta para ser rectora.
La campaña de Lupita Grajales está sustentada en oficios que no encontrarán respuesta y videos en Facebook que no tienen mayor alcance.
Los universitarios ya decidieron por Lilia Cedillo y ella será la próxima rectora.
Sinceramente Lupita Grajales jamás ha sido una contendiente real a la Rectoría.
La única compañera que tiene Lupita en esta campaña es la soledad.
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