Tras más de 20 años de dedicarse al tejido de palmas, Tecla Osorio y su familia se enfrentan a la peor temporada de ventas ante la pandemia por Covid-19, y en este Domingo de Ramos sólo buscan recuperar algo de ingresos para tener algo que comer.
Así lo relató a Contrastes de Puebla la mujer de 41 años originaria de la Mixteca poblana, quien este domingo de Ramos salió de su hogar con sus tres hijos y emprendió un viaje de más de dos horas para vender sus palmas artesanales en la Catedral de Puebla.
Con mucho ánimo, pero consciente de la situación actual, Tecla dijo haber traído consigo menos material que en años anteriores, sin embargo, confía en poder sacar lo suficiente “aunque sea para comer”, pues señala que la pandemia ha visto mermados significativamente sus ingresos.
El año pasado optó por resguardarse en su casa y ha sido el único año en que ha faltado a Catedral para vender sus palmas artesanales, a las que les invierte mucho tiempo, dinero y esfuerzo.
Tecla Osorio aprendió el oficio desde los 7 años de edad, continuado con la tradición de sus padres y abuelos, quienes también se dedicaban a esta noble labor.
A los 19 años comenzó a formar su propia familia y el tejido de palma siempre fue su principal sustento, pues ya transmitió el oficio también a sus hijos, quienes ahora la apoyan en el tejido y venta de las palmas.
La mujer lamenta que cada vez se vayan perdiendo más estas tradiciones, y que la situación económica continúe empeorando debido a la pandemia, sin embargo, se dijo agradecida de que hasta el momento nadie de su familia se haya contagiado, así como de continuar con el legado de su familia.
