Extiende Darío Carmona herencia en la UPN

Erick Becerra

En la Universidad Pedagógica Nacional de Puebla, el ex secretario de educación pública, Darío Carmona, mantiene un mecanismo de control, que con el paso de los años, devino una mezcla de famiglia y corporativismo.

Me cuentan que las plazas más altas no son concursadas, pues se asignan discrecionalmente.

Casualmente, siempre se beneficia primero, a los miembros de la comisión. La profesionalización del magisterio, los congresos, publicaciones y doctorados de universidades importantes aquí no tienen vigencia.

Ni la antigüedad. Sólo el pacto familiar, el patriarcado de Pedro y Andrés, suma puntos para obtener promociones laborales.

Pero el control clientelar más fuerte ocurre en las subsedes de la UPN, en todo el estado, en donde los profesores son contratados por convenio, al contentillo del director y el coordinador de las unidades.

La rotación de sus directivos es casi nula.

La Universidad Pedagógica Nacional es una enorme vecindad priista habitada por compadres de Darío Carmona (por lo menos tres), parejas de esposos, hermanas, hijos, hijas, primas, concubinas y entenados conforman la famiglia feliz, ellos monopolizan y heredan las mejores plazas y los puestos directivos de la institución. Ninguna democracia puede con ellos, pues cualquier votación se define por lazos de sangre y clientelismo, según me dicen.

El actual director de la UPN de Puebla, Andrés Bravo Rojas, era el secretario académico de la UPN cuando José Pedro Valdéz Martínez era el director (2008-2011) gracias a su militancia marinista y a Darío Carmona García –su compadre. Ahora Andrés es el director de la institución y José Pedro Valdéz Martínez es el actual secretario del SNTE en la delegación de la Universidad, ¿y qué creen? Pedro ahora se prepara para heredar el cargo, nuevamente, de manos de su compadre Andrés.

Pedro Valdéz Martínes y Andrés Bravo son señalados como represores del movimiento magisterial democrático. El más reciente caso fue su participación en el cese, de hace unos días, de la profesora Gabriela Molina Herrera, poetisa y activista del Consejo Democrático Magisterial Poblano.

La docente enfrenta desde hace tiempo graves problemas cardiacos, por lo que lleva un marcapasos. Altamente vulnerable al coronavirus, vive sola y tiene que hacerse cargo de atender sus necesidades. El asunto es que la profesora no está segura de si se contagió o no del virus, porque estuvo mucho tiempo en cama y sin poder hacer su vida normal, por la complicación de enfermedades que le sobrevinieron. Se negó, por precaución, a acudir al ISSSTE para atenderse. Ahí el centro de su tragedia, pues no tenía cómo comprobar legalmente su estado de salud y la omisión de informar al coordinador del programa de licenciatura.

Ahora la profesora, aún convaleciente, tiene que defender su derecho al trabajo, pues el incumplimiento de un trámite administrativo fue el pretexto para que la ira marinista del director y de Pedro Valdéz Martínez -cuya misión como delegado del SNTE sería defenderla- cayera sobre la profesora Gabriela, compañera de lucha democrática en la Sierra Norte. El caso se encuentra en el departamento jurídico de la SEP y la profesora tiene, además del deteriorado cuadro clínico, una crisis nerviosa, por el riesgo que significa que la saquen de la UPN, pues, además de su carga de trabajo docente, sobreponiéndose a la adversidad, la profesora cursa el octavo semestre del doctorado que ofrece la propia institución. ¿No debería estar descargada la profesora Gabriela para terminar su doctorado en santa paz?  ¿No se trata de revalorar la figura del magisterio…?

Son preguntas que se hacen profesores y profesoras por la dignificación y profesionalización de la Universidad Pedagógica Nacional de Puebla.

Ellos, además, intenta nombrar

coordinadora de la unidad UPN de San Martín Texmelucan a una joven profesora sin experiencia en la docencia o la investigación,

El año pasado la UPN ofreció los cursos del Programa Nacional de Convivencia Escolar (PENCE) y la institución recibió alrededor de 13 millones de pesos para realizarlos, ante lo cual sus críticos exigen cuentas porque lo directivos se autoasignaron 80 mil pesos cada uno, mientras a los conferencistas les pagaron menos de 5 mil pesos.

Además, hace unas semanas, se compraron paneles solares por un millón de pesos.

La subsecretaria de educación superior, América Rosas Tapia, quien ha sido tomada como enemiga acérrima por Pedro y Andrés, ya conoce las tretas de los compadres -según me cuentan- pues ha sido atacada por ellos.

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Erick Becerra.

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