Escaseará circulante durante dos semanas

Erick Becerra

Le comparto hoy dos temas en torno a los efectos de las medidas tomadas para reducir el contagio del COVID-19.
El primero es de interés de los ciudadanos que sobre todo se mueven en el Centro Histórico, que trabajan en comercio, servicios o sector público.
Y en segundo lugar, compartirle la preocupación de personal sanitario por el incremento de las casas que no se han podido confirmar como Coronavirus.
Mire usted. A partir del cierre de la circulación vehicular en el Centro Histórico que generó críticas y malestar de los comerciantes establecidos, se viene un problema de circulante.
Es algo muy simple aunque parece ser más que un problema de logística, pero quizá no lo es: los camiones que de reparto de valores han dejado de ingresar al primer cuadro de la ciudad.
Esta medida, que como le digo podría evitarse a simple vista de manera fácil, debe haberse generado por un análisis de riesgos de las compañías.
Ha caído la demanda de circulante en el centro ante la restricción de circulación vehicular.
Al haber menos personas transitando la zona se antoja más riesgoso la circulación de los vehículos blindados que llevan dinero a cajeros, empresas e incluso blancos.
Además, puede tratarse incluso de una medida que a su vez desincentive la presencia de gente en el CH para reducir así el riesgo de contagio.
El tema no es menor sobre todo para quienes viven en el Centro Histórico porque estarían siendo obligados a salir más lejos, quizá a la Avenida Juárez o Plaza Dorada para disponer de los cajeros o de utilizar las plataformas digitales para hacer transferencias y pagos de servicios, pero es claro que hay un número importante de usuarios que no tienen acceso a las tecnologías para hacerlo así.
Y obviamente tendrá un impacto en el consumo de la zona blindada ya de por sí deprimida por la sana distancia.
El mayor pico de contagio coincide con el momento de menor circulante en la zona: digamos la primera quincena de mayo, aproximadamente.
Por otro lado, este fin de semana los atléticos runners y ciclistas que se niegan a obedecer la cuarentena volvieron a ocupar parques y calles de la ciudad resistiéndose a bloquear sus rutinas deportivas.
Qué bueno que cuiden su cuerpo, pero si se contagian y mueren no podrán disfrutar de su vigor.
Es desconcertante ¿no creen?
Desde los corrillos:
Siguen preocupados trabajadores sanitarios por elevar las medidas de seguridad y sobre todo orientación de cómo usar los trajes especiales y cómo desinfectar áreas de riesgo.
Ademas, me comparten una situación que hay que corroborar pero le adelanto lo que se dice en los pasillos de los hospitales.
a) Los casos que salen negativos a COVID-19 por laboratorio son los que se diagnostican como neumonía atípica.
Pero aún parece haber dudas para determinar la incubación del virus posterior a la prueba en pacientes asintomáticos, a quienes no se vuelve a practicar la prueba.
b) Una fuente confiable me comparte que está ocurriendo algo singular, sospechoso y a todas luces irregular.
Dicen que “alguien” está pagando hasta 35 mil pesos a los familiares de quienes han perdido la vida por causas distintas al COVID-19 si aceptan que su familiar murió de COVID 19.
Principalmente ha ocurrido en el IMSS pero se desconoce el interés en “inflar” el número de casos COVID-19, se ignora cómo lograrían consignarlos y menos se sabe quiénes podrían estar interesados en boicotear el trabajo gubernamental contra la pandemia.

Gracias y nos leemos mañana y
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