Carlos Gómez / @gomezcarlos79
La reforma histórica al Poder Judicial, aprobada por unanimidad en el Congreso del Estado de Puebla, lograda por Miguel Barbosa marcará un cambio de rumbo en la impartición de justicia en la entidad.
Actualmente el Poder Judicial está podrido, apesta a corrupción, está lleno de sobornos, chantajes, compra y venta de sentencias.
Por eso era necesaria la reforma al Poder Judicial en sus dos vertientes: la Jurisdiccional y la de Gobierno.
En el primer rubro está contemplada la regulación de la administración de justicia a través del Tribunal Superior de Justicia, la Sala Constitucional, el Tribunal de Justicia Administrativa y los Juzgados.
En el caso de las reformas de Gobierno, éste será tutelado por el Consejo de la Judicatura para poder supervisar la carrera judicial, administración, vigilancia y disciplina; además de que se coordinará el Instituto de Defensoría Pública y la Escuela Estatal de Formación Judicial.
Entre los cambios más importantes están que los presidentes del TSJ, los integrantes de la Sala Constitucional y el Consejo de la Judicatura no podrán estar más de cuatro años en sus cargos, los magistrados ya no serán vitalicios y tendrán un periodo máximo de 15 años, deberán presentar declaraciones públicas patrimoniales y transparentar sus acciones legales.
Todo este cambio pretende hacer un cambio de forma y de fondo en la administración y procuración de justicia que tanta falta hace en Puebla.
Esta reforma marcará el Gobierno de Miguel Barbosa, debido a que logrará cambiar el rumbo de la justicia en la entidad.
Ojalá y todo lo aprobado ayer en el Congreso del Estado se refleje lo más pronto posible en favor de los poblanos.
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