Jesús Lemus 

Que interesante será ver a Eduardo Rivera Pérez como candidato del PAN a la alcaldía de Puebla este julio, cuando su partido lo cazó y crucificó mediáticamente por las anomalías que cometió en su cuenta pública 2013 la primera vez que fue presidente municipal.

Sin embargo, en esta fuerza política aplica la frase de que “la política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos” y todo sea por garantizar un triunfo electoral.

Por qué digo lo anterior.

Hace pocos meses Rivera Pérez -quien se identifica con el Yunque-, era el mismo diablo, la oveja negra de la familia, la mosca en la sopa y todo el calificativo que desee poner dentro del PAN.

Todo se originó porque según cometió anomalías en su cuenta pública 2013 y derivó que desde el Congreso del Estado, principalmente los diputados del PAN, sí leyó bien, los del PAN, lo sentenciaron con una multa de 25.5 millones de pesos y una inhabilitación por 12 años.

La inhabilitación era evitar que este 2018 fuera candidato a un cargo, principalmente para la gubernatura de Puebla, pero los diputados del partido y dirigente estatal del PAN, Jesús Giles Carmona, no imaginaron que Lalito se defendería legalmente.

Lalito “mil calles” se empecinó y dijo que daría la batalla dentro del PAN, pero sobre todo que sería candidato de su partido a la gubernatura de Puebla.

Todo indica que no será así y repetirá otra vez como candidato a la alcaldía de Puebla o una diputación federal por la ciudad, según la reciente declaración del líder municipal, Pablo Rodríguez Regordosa.

Ahora resulta que los líderes del partido “reconocen” el capital político de Rivera Pérez para competir por un cargo público; es decir, la presidencia municipal.

Ahora resulta que los líderes del partido, olvidaron que hace meses cazaron y crucificaron a uno de los suyos, acusándolo de desvío de recursos públicos.

Ahora resulta que a Rivera Pérez sufre de alzheimer y olvidó sus aspiraciones al gobierno estatal y criticas que lanzó en contra de los líderes del partido.

Ahora resulta que a Eduardo Rivera Pérez le faltó valor para admitir en sus redes sociales que sí competirá otra vez como candidato a la alcaldía de Puebla.

Ahora resulta que Jesús Giles Carmona también sufre de alzheimer y olvidó que el PAN no solaparía actos de corrupción en las administraciones municipales emanadas del partido.

Insisto, dentro del PAN aplica la frase de que la política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos.Y como dato adicional contaré un chisme sobre Lalito, aunque tampoco era secreto.

MORENA sí estuvo muy cerca, pero cerca, de convencer a Eduardo Rivera Pérez para que fuera candidato a la alcaldía de Puebla y dejara al PAN para vengarse de todo lo que le hicieron, insisto, hace un par de meses con el tema de su cuenta pública 2013.

Hasta aquí mi reporte.

LA FRASE

“El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo”.

Winston Churchill.