El sismo nos recuerda por qué no desaparecer el Fonden

Erick Becerra

Apenas el mes pasado se generó una polémica en la cámara de diputados porque la fracción de Morena propuso eliminar el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden).
Ayer que se registró un fuerte sismo de 7.5 grados richter con epicentro en Oaxaca, el tema volvió a salir a la luz.
Memes, críticas y preocupaciones reales afloraron porque el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, pidió la declaratoria de emergencia, ante los daños y tras la muerte de dos personas.
Días previos, el titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), David Colmenares, reprobó por completo la desaparición del Fonden pero propuso modificar sus reglas de operación.
“No podemos, obviamente, desaparecer un fondo como éste; tenemos nada más que perfeccionarlo, mejorarlo y darle oportunidad”, señaló en entrevistas.
Ayer, el periódico El Economista publicó que “El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió que México es uno de los países con mayores pérdidas económicas ocasionadas por desastres climáticos, por lo que aseguró que el Fondo para la Atención de Emergencias (Fonden) reduce el impacto negativo de los desastres y promueve el desarrollo sostenible.
En una reunión con la Comisión de Protección Civil y Prevención de Desastres de la Cámara de Diputados, el asesor del Programa de Apoyo a la Reducción de Riesgos de Desastres en México del PNUD, Mauricio Escalante, resaltó que para hacer frente a desastres geológicos y climáticos se requieren mecanismos planificados para la atención y reconstrucción con visión de desarrollo.
“Difícilmente con la recurrencia de eventos que ocasionan los desastres se pueden tener mecanismos ágiles, reorientando recursos de programas existentes para atender estos efectos en un escenario en donde no existieran los instrumentos financieros”.
De acuerdo con esta fuente, “los desastres en el país cuestan entre 0.5 y 0.7% del PIB. Sin embargo, al Fonden se le destina 0.4% del PIB, por lo que enfatizó que se debe robustecer su financiamiento”.
Hasta aquí la nota.
A Morena le urge darle más recursos al presidente para sus programas fallidos como las dádivas con posibles fines electorales y responder a la caída de la recaudación fiscal ante el freno de la actividad económica, derivada de la parálisis por el COVID-19.
Han buscado de todos lados jalar la cobija, como desaparecer los fideicomisos pero no le atinan ni pueden juntar lo necesario porque la aportación fiscal de las empresas es mucho más cuantiosa.
Más valdría al gobierno federal incentivar la recuperación de empleo y la reapertura de negocios cuando el naranja del semáforo lo permita, porque de otra forma seguirán contratando deuda pública y para qué le cuento a dónde nos llevará eso.
Ah. Y de paso, que no cancelen el Fonden.
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