Carlos Gómez / @gomezcarlos79
El resultado electoral del pasado domingo dejó un mensaje muy claro para las dirigencias estatales del PRI y PAN: el primero ganó solo en los municipios de Tlahuapan y Teotlalco, sin la alianza con los panistas.
Se sabe que desde la dirigencia estatal del PAN no hubo interés por concretar alianzas con el PRI debido a que creían que podrían ganar solos.
Es decir, hubo un claro mensaje de menosprecio hacia la fuerza electoral del PRI al interior del estado desde la dirigencia estatal del PAN.
Pero los resultados mandaron otro mensaje, en el sentido de que el PRI –como ya se había dicho en esta columna- tiene una fuerza política real e importante al interior del estado.
Los triunfos en Tlahuapan y Teotlalco dan esperanzas al PRI de fortalecerse más para competir por cuenta propia por la gubernatura de Puebla.
Ese mensaje ya está registrado en las oficinas de Néstor Camarillo y desde la propia Augusta Díaz de Rivera que deberán analizar a fondo sí van a ir juntos o no en el 2024.
Néstor Camarillo sabe que la zona metropolitana la tiene el PAN, pero el interior del estado es del PRI.
Sin embargo, si no hay un trato de paridad y un acuerdo político real, entonces no habrá alianza rumbo al 2024.
Eso ya quedó claro este domingo.
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