Carlos Gómez / @gomezcarlos79
La pelea tuitera de ayer entre el aún líder nacional del Partido Acción Nacional, Marko Cortés, y el ex presidente de México, Felipe Calderón, dejó en claro que el PAN entró a una ruta de autodestrucción.
Los dos se dieron con todo, se acusaron de todo y se echaron la culpa de la estrepitosa derrota del pasado 2 de junio, en donde el PAN fue borrado del mapa electoral por Morena.
La verdad es que tanto Felipe Calderón como Marko Cortés son responsables de la caricatura en la que está convertido el PAN, desde la campaña de Josefina Vázquez Mota, en donde hoy queda claro que Felipe Calderón pactó con Enrique Peña Nieto el triunfo presidencial del priista.
Y ayer también salió a relucir otro dato que ya se sabía, pero que Rafael Micalco confirmó al señalar que Felipe Calderón pactó con Mario Marín para evitar que lo encarcelaran por la tortura que sufrió la periodista Lydia Cacho.
Es más, Rafael Micalco de pronto recuperó la memoria y se acordó que Felipe Calderón también pidió a los diputados locales del PAN votar a favor de las cuentas públicas del ex gobernador priista que hoy está preso por el delito de tortura.
¿Qué más falta por saber?
¿Cuánto estiércol más guardan los panistas en su granja?
El PAN se hunde en su propio lodo y la guerra es sin tregua.
Lo único que está claro es que el PAN seguirá el camino del agonizante PRI y terminará extinto como el PRD en el corto plazo.
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