El Movimiento Estudiantil es ajeno a la BUAP, al Gobierno y al PAN

Foto: Isahmar Torres /@isahmar_torres

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Los miles de estudiantes que han marchado y que tienen en activo el Paro Activo en la BUAP han dado una lección brutal a la clase política, universitaria y gobernante.
Cuando empezaron las protestas el pasado 24 de febrero por parte de los estudiantes por el asesinato de tres estudiantes de la BUAP y UPAEP y un conductor de Uber en Huejotzingo, hubo varias lecturas erróneas sobre el movimiento estudiantil.
Todos se equivocaron porque no entendieron el fondo del problema: la inseguridad.
Uno de los sectores más afectados por la inseguridad son los afectados son los estudiantes.
Todos los días son asaltados, son violentados, son amenazados y, sobre todo, están en constante amenaza.
Por eso cuando los estudiantes de la Facultad de Medicina de la BUAP tomaron las instalaciones en protesta por el asesinato de los cuatro jóvenes en Huejotzingo se dieron varias lecturas equivocadas.
Algunos pensaron que la toma de la Facultad de Medicina y la convocatoria a la primera marcha era una estrategia de Alfonso Esparza para presionar a Miguel Barbosa.
Después, cuando las protestas crecieron y se reunieron Miguel Barbosa y los rectores de la BUAP y UPAEP se pensó que era una victoria para el rector de la BUAP.
Eso fue totalmente falso.
Los estudiantes de la BUAP encontraron un respaldo histórico de universidades públicas y privadas por la demanda de justicia y seguridad y, en entonces, el movimiento tomó una fuerza importante.
Las marchas han crecido y son tan diversas y legítimas que han sido inéditas.
Cuando la clase gobernante, la clase universitaria y la política abrieron los ojos, se encontraron a un movimiento fuerte y ajeno a los intereses de la BUAP, el Gobierno y el PAN –que intentó canalizar el movimiento a su favor-.
Este fin de semana hubo llamados de los directivos de la BUAP para levantar el paro y hacer una protesta para reanudar actividades, pero no han encontrado una respuesta positiva.
Las mega marchas del 2 y 5 de marzo marcarán el rumbo de este movimiento contra la inseguridad.
Los universitarios han decidido ser protagonistas y enfrentar la inseguridad por su propia cuenta.
La BUAP, el Gobierno y políticos son ajenos al histórico movimiento universitario.
Lo interesante es que nadie sabe en qué terminará.
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gomezcarlos79@gmail.com