El malestar político

Fátima García

Mientras la inmensa mayoría reciba tranquilamente las mayores arbitrariedades del poder público, y no sienta el menor asomo de vergüenza, los buenos gobiernos serán imposibles y seguiremos teniendo los gobiernos que padecemos.

Luis Rivero del Val

No podemos, creo yo, seguir con esta lógica de indignación en aras del malestar político, nos hemos acostumbrado a las quejas, críticas, memes y dichos sobre aquellos que gobiernan nuestro país, pero ¿realmente nos hemos ocupado de conocer los asuntos públicos o simplemente vamos a donde nos lleve la corriente?

El país ha iniciado un peregrinaje hacia un nuevo rumbo, pero no se dirige con claridad hacia él, por el contrario, pareciera abatirse constantemente en la irritación y el fracaso derivado de un pesimismo público que pareciera tener distintos matices, pues tampoco vamos a negar que cuando en un representante público no existe la capacidad de construir una subjetividad política por medio del discurso, lo que queda es el comportamiento irracional y todos, pienso yo, también hemos sido testigos de las conductas inapropiadas de ciertos actores de la política que han generado una gran desconfianza en la sociedad.

Sin embargo, es cierto que el no hablar de política, nos ha conducido a una falta de comprensión de ella, el país ha vivido tiempos de gran indignación y enardecimiento con nuestros gobernantes, nos hemos acostumbrado a decir que la política no sirve de nada, que todos son corruptos, todos roban, mienten, etc., sin embargo, me surgen algunas preguntas: ¿cuántos de nosotros hemos sido capaces de seguirle la pista a un diputado, presidente municipal o gobernador? ¿en este proceso electoral nos interesó conocer a los candidatos de las coaliciones y sus propuestas? ¿hemos tenido los pantalones de preguntar de dónde vienen y el nivel de preparación que los acredite para representar a nuestra sociedad? porque de no ser así, entonces nosotros también seríamos responsables de este malestar.

Si bien es cierto, no existe gobierno perfecto, sin embargo, es necesario decir que un mal gobierno es correlativo de los malos ciudadanos. Nos hemos acostumbrado a vivir en el seno de multitudes pasivas, que no saben defender sus derechos, o los que solo defienden intermitentemente por medio de revoluciones que estallan cuando la situación es intolerable.

Qué importante es conocer el papel que juega la política mexicana, pues es gracias a ella que los factores sociales, culturales y económicos toman fuerza y se posicionan para bien o para mal; es prescindible saber qué pasa con las decisiones de nuestros representantes, por qué, para qué, pues solo de esa manera, podríamos tener una crítica o comentario sólido para expresar un punto de vista mejor.

Y para finalizar, es aquí donde coincido con el gran escritor Luis Rivero del Val que dice:

“Hasta que no llegue el día en que la conciencia moral del pueblo mexicano se desenvuelva al grado de que se considere tan criminal y odioso abandonar la defensa de sus derechos, como criminal y odioso es matar, robar, estafar, calumniar, etc. hasta entonces será posible en México el reino de la ley”

Y mi pregunta entonces:

¿Algún día podremos?