Carlos Gómez / @gomezcarlos79
El anuncio inesperado hecho por el gobernador, Miguel Barbosa, de que acudirá este 11 de agosto a los municipios de Tepexco y Cohuecan, después del linchamiento de siete secuestradores, implica un cambio rotundo del ejercicio del poder en Puebla.
Será una señal de acercamiento y buena voluntad del gobernador con los pueblos que tomaron justicia por propia mano.
Sin embargo, hay siete personas sin vida –pese a que sean delincuentes- que implican siete homicidios.
¿Qué les dirá el gobernador a los linchadores?
¿Borrón y cuenta nueva?
Es todo un misterio.
El antecedente inmediato de un linchamiento mediático fue el ocurrido en donde los pobladores de Acatlán de Osorio privaron de la vida a dos campesinos inocentes y de ahí derivó en órdenes de aprehensión y detención de algunos pobladores que incitaron y participaron activamente en el penoso suceso.
Sin embargo, desde este 7 de agosto que ocurrió el múltiple linchamiento en Cohuecan y Tepexco las autoridades no han mencionado el inicio de una carpeta de investigación para detener y castigar a los responsables de matar a siete secuestradores.
¿Por qué?
Es una pregunta que aún no tiene respuesta y quizá este 11 de agosto el gobernador la conteste.
No es un tema menor.
Este caso marcará el estilo de gobierno de Miguel Barbosa.
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