

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Lamentablemente la crisis de agua en Puebla se ha convertido sólo en un botín político en estas campañas electorales, pero nadie hace nada realmente para resolver el grave problema de escasez del vital líquido.
Morena culpa al PAN de que en el 2014 haya concesionado el agua a favor de la empresa Agua de Puebla por 30 años y eso es cierto.
Lamentablemente apenas van diez años de concesión y faltan otros 20 años.
Morena también culpa al PAN y a su candidato, Eduardo Rivera, de aprobar la privatización del agua en el gobierno de Rafael Moreno Valle y eso también es cierto.
Pero, Luis Miguel Barbosa de Morena prometió en las campañas del 2018 y 2019 que revertiría la concesión de agua y cuando fue gobernador de Puebla no tocó a la empresa ni con el pétalo de una rosa y eso que Morena tenía la mayoría en el Congreso del Estado.
Es más, Morena tenía en ese 2019 el Gobierno Federal con AMLO, el Gobierno del Estado con Miguel Barbosa, el Ayuntamiento de Puebla con Claudia Rivera y la mayoría en el Congreso local, pero no hicieron nada por revertir la concesión.
Ahora, el candidato de Morena a gobernador, Alejandro Armenta, asegura que tiene un plan hídrico y que revisará el trabajo de Agua de Puebla, pero jamás se ha comprometido con revertir la concesión porque sabe que no lo hará en caso de que gane las elecciones.
El agua sólo es un botín político, una herramienta de campaña, pero no hay real interés de revertir la concesión y los poblanos tendrán que pagar millones de pesos a Agua de Puebla por un terrible servicio hasta el 2044.
Nos guste o no, el agua en Puebla tiene dueño gracias a la terrible clase política que nos gobierna.
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