

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
La paliza que recibió el PAN el pasado 2 de junio provocó una inevitable fractura al interior de ese partido.
Tan profunda es la ruptura que ya se abrieron tres frentes, y pueden ser más, para pelearle a Eduardo Rivera el control del Comité Estatal del PAN.
Y es que la estrepitosa derrota dejó sin argumentos a Eduardo Rivera y Augusta Díaz de Rivera para justificar la humillación electoral.
Y ya empezó la rebelión al interior del PAN con tres frentes:
Por un lado, Edmundo Tlatehui y Lupita Cuautle ya rompieron públicamente con Eduardo Rivera y van por el control del PAN estatal con el argumento de que lograron la única victoria decorosa el pasado 2 de junio en San Andrés Cholula.
Y eso es cierto, pero no será fácil derrotar a Eduardo Rivera y su grupo si es que no realizan alianzas con otros grupos panistas de Puebla capital.
Por otra parte, Rafael Micalco ya fue líder estatal y buscará retomar el control del partido bajo el argumento de que debe renovarse de fondo.
Mónica Rodríguez encabeza otra rebelión y está sustentada en un añejo distanciamiento y enfrentamiento con el grupo de Eduardo Rivera.
Pero eso no es todo.
Aún falta saber si Mario Riestra se unirá a la rebelión o la propia Ana Teresa Aranda.
Lo único que queda claro es que la rebelión contra Eduardo Rivera es inevitable, pero mientras el grupo del ex candidato a gobernador se mantenga unido es posible que logre sobrevivir a la embestida de sus opositores.
Si alguno de los rebeldes quiere arrebatarle el control del partido al PAN, deberá unir a todos los grupos.
De lo contrario, Lalo Rivera seguirá mandando en el PAN.
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