El esperado debate entre los candidatos a la Presidencia de México dejó en claro varios puntos que deben resaltarse:
Andrés Manuel López Obrador fue atacado por todos los aspirantes y salió casi ileso en el debate.
Ricardo Anaya se vio bien, lució preparado en el debate y vendió muy bien la percepción de que es el único que puede ganarle a López Obrador.
José Antonio Meade desaprovechó la oportunidad de meterse a la contienda y no marcó la pauta para poder colocarse como un aspirante fuerte para competirle a AMLO.
Jaime Rodríguez Calderón, alias El Bronco, salió a cumplir un papel de ataque directo a Andrés Manuel López Obrador, aunque le ganó el protagonismo y lanzó propuestas sin sentido, como cortarles las manos a los ladrones.
Margarita Zavala no puede quitarse la sombra de su marido y simplemente está fuera de la contienda.
De seguir la tendencia que ayer vimos en el debate, entonces Margarita Zavala y José Antonio Meade se encargarán de frenar a Ricardo Anaya.
Jaime Rodríguez seguirá con sus ocurrencias y no representará mayor riesgo para López Obrador.
En tanto que Ricardo Anaya no debe perder más tiempo en responder los ataques de Margarita Zavala y en particular de José Antonio Meade.
El objetivo de Ricardo Anaya debe ser Andrés Manuel López Obrador porque no tiene mucho tiempo para poder intentar cerrar las encuestas.
Queda claro que López Obrador salió bien librado en términos generales del debate, aunque no respondió con claridad el tema de la amnistía con los criminales y el tema de Alfonso Romo.
El resultado del debate no modificará en gran medida la tendencia de las campañas en Puebla porque queda claro que la pelea es entre Morena y el PAN.
El debate sólo sirvió para dejar en claro que el que lleva la delantera es Andrés Manuel López Obrador.
Y Ricardo Anaya está en un segundo lugar muy lejos de AMLO.
El PRI y José Antonio Meade están cada vez más lejos de Los Pinos.
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