De la moda, lo que te acomoda (Segunda parte)

Por Fátima García

El crecer y ser criado en un contexto neoliberal,
tiene como condición el narcisismo.
Natatxa Carreras

Cada cultura en sus distintas épocas, ha resaltado sus valores estéticos e ideales de belleza. Sin embargo, a pesar de que en décadas anteriores la moda que iba más dirigida a la manera de vestir, era propia de las mujeres, el mercado de hoy en día ha sabido ganar importante terreno en el resto de la sociedad, ocasionando una constante preocupación por los placeres egocéntricos que suplantan la realidad por una máscara de ideales que se vinculan a ciertos rasgos narcisistas.

Es verdad que nuestra identidad la expresamos a través del cuerpo, el lenguaje y los actos que realizamos, sin embargo, cada cambio que surge en la sociedad repercute de manera significativa en la psique de cada uno de nosotros.

Hay que reconocer que el capitalismo como soporte del poder neoliberal y sistema que ha imperado en nuestra sociedad, ha sido un factor muy importante en la forma de establecer vínculos con los demás y al mismo tiempo nos ha imposibilitado para ser nuestros propios autores y creadores de nuestra propia ley. Esto, desde luego, ha generado una violencia constante en el país.

Es curioso, este sistema también nos ha hecho creer que somos libres, pero ¿libres de qué? si esa ha sido la mentira más cruel y perversa del mundo contemporáneo, porque tal vez de lo único que hemos podido ser libres, ha sido de elegir a quién vendernos en el mercado y desde luego, a quién le entregamos nuestra fuerza de trabajo.

Sí, nos pensamos libres, pero somos esclavos de las ofertas, incluso el sujeto actual, se ofrece constantemente como mercancía que puede ser desechable en el momento menos esperado y no hablo solamente del ámbito laboral, pues no es casualidad que hasta en redes sociales existan grupos para encontrar desde un producto hasta una pareja, como si estuviésemos frente a un aparador escogiendo una mercancía que va a satisfacer nuestras necesidades pasajeras, pero más bien pareciera que simplemente estamos tratando de llenar nuestros vacíos y poner un velo a nuestra terrible soledad.

Es así que, este sistema, sin darnos cuenta, ha hecho que la población se vea atrapada en un espiral de violencia que sigue avanzando sin hacer el mínimo ruido, pues al vivir en un mundo lleno de necesidades, donde vivir bien, ganar mucho dinero, lucir un cuerpo perfecto y desde luego, vestir con ropa de marca, ha conllevado incluso a la hipersexualización de niñas y adolescentes, donde los padres están perdiendo de vista que pueden ser presa fácil para quienes cometen actos delictivos.

Es así que hemos aprendido a colocar estos estilos de vida como lo más importante y de esa manera nos hemos insertado en el mundo del mercado que cada día, acelera el ritmo de la circulación de la mercancía.

Sin duda, esto ha sido buen pretexto para poner a la sociedad frente una situación cada día más vulnerable, pues tampoco es casualidad que la violencia de la que estamos hablando haya llegado a niveles exacerbantes, en el hogar, en el ámbito laboral, las escuelas, redes sociales, las calles, etc. y es esta misma violencia que ha dado pie al tráfico de personas y feminicidios en el país.

Por eso, cuando los gobiernos proclaman que vivimos en un país “libre”, ¿no creen que se trata más bien de una mentira quizá necesaria para brindar continuidad del sistema de explotación vigente?

Pregunto solamente…