Entre aplausos, porras y un minuto de silencio, en el zócalo de Puebla, fue recordada Elena Larrea, fundadora del santuario Cuacolandia, en el municipio de Atlixco.
Tras su fallecimiento, el miércoles pasado, por complicaciones de salud, un importante número de personas, en su mayoría vestidas de blanco y con veladoras en mano, llegaron a un costado de la fuente de San Miguel para recordar la lucha en defensa de los animales que emprendió la joven mujer amante de los equinos.
Animalistas, amigas, amigos y conocidos resaltaron las acciones que en vida emprendió Elena, incluso, el rescate de una perrita a quien llamó “Altagracia” y actualmente encargada de cuidar el recinto donde permanecen caballos, yeguas y mulas.
En el mismo zócalo se guardó un minuto de silencio en memoria de la mujer que hace apenas unos días rescató a “Mila”, una potranca víctima de crueldad animal en el municipio de Coronango.
“Elena era una fiesta, Elena era escandalosa (…). Los invito a que también den un minuto de aplausos por ella.
Viva Elena, viva Cuacolandia y vivan los animales. Su legado está en nosotros y nosotros cuidaremos de el”.
Las y los presentes pidieron que todos los seres vivos, en memoria de Elena, sean tratados con respeto y como se merecen.
