Cuautlancingo por la calle de la amargura

Jesús Lemus / @chucho_lemus1

Pobre Cuautlancingo, va de mal en peor y su alcalde, Filomeno Sarmiento, solo se duerme en sus laureles.
Hace días apareció un cuerpo embolsado y al flamante edil emanado del PAN, se le ocurrió calificar el hecho como aislado.
Señor alcalde, ningún asesinato puede ser aislado, todo delito tiene relevancia y es tarea de los presidentes municipales coadyuvar para evitar que la delincuencia se apodere de sus demarcaciones.
Este tipo de declaraciones solo demuestran que buscó el poder por el poder y, por ende, para beneficiar su cartera.
Otro ejemplo de que Cuautlancingo está por la calle de la amargura, es lo que se vivió con su director de policía, José Nicolas Castilla, tras ser evidenciado en redes sociales por prestar su arma a una pequeña en el marco del Día del Niño.
Dicho director solamente fue suspendido, sí leyó bien, al edil panista le tembló la mano para retirarlo de su cargo como titular de la seguridad de esta demarcación.
Este tipo de escándalos mediáticos son para quitarlo del cargo y demostrar, en cualquier gobierno, que no se permitirá este tipo de escenas que pongan en riesgo a una menor.
Seguramente habrá muchas justificaciones de por qué una niña portaba un arma, sin embargo, Filomeno Sarmiento no debe olvidar que es la cara de Cuautlancingo y suspender a un director, solo demuestra dos cosas: corrupción y compadrazgo.
¿Será?
A estos problemas de gobierno, también hay que sumarle el escándalo religioso que se vive en su demarcación, donde la población estuvo, metafóricamente hablando, a punto crucificar a su párroco por malversación de recursos en la parroquia.
Las imágenes que circularon en redes sociales, también demuestran que la verdadera ley en Cuautlancingo no es, ni será el alcalde Filomeno Sarmiento, sino los mayordomos de esa demarcación.
Por eso insisto, Cuautlancingo está por la calle de la amargura
¿O ustedes qué opinan?
Hasta aquí mi reporte.
Recuerden escribir a chcuholemus58@gmail.com

LA FRASE
“Estoy a favor de un gobierno que sea vigorosamente frugal y sencillo”.
Thomas Jefferson