Carlos Gómez / @gomezcarlos79
A partir del próximo 1 de agosto el gobernador electo de Puebla, Miguel Barbosa, enfrentará un terrible escenario de inseguridad en buena parte del territorio poblano.
¿Por dónde empezar?
La capital poblana es un auténtico foco rojo por los asaltos al transporte público, la disputa de los huachicoleros por el control de Xonacatepec, Clavijero, San Miguel Espejo, entre otros lugares, que ayer dejaron tres ejecutados.
El Pueblo Mágico de Atlixco está teñido de sangre por la disputa de dos grupos de narcovendedores y ahora la delincuencia organizada de Morelos amenaza con apoderarse de la plaza a sangre y fuego.
San Martín Texmelucan que sigue bajo sangre, balas y terror.
La zona del llamado Triángulo Rojo en donde los grupos delictivos –antes exclusivamente huachicoleros– ahora han diversificado sus actividades y ahora se dedican al robo de camiones de carga, secuestro y cobro del derecho de piso.
Los municipios de Xicotepec, Chignahuapan y Huauchinango que son el nuevo territorio en disputa entre grupos del crimen organizado.
La violencia imparable en la autopista Puebla – Córdoba.
Desde luego que hay puntos que urgen de atención como el corredor de Amozoc, Tepeaca y Huixcolotla.
La zona de Coronango y Cuautlancingo en cuyos límites ayer torturaron hasta la muerte a un hombre.
Miguel Barbosa debe trabajar fuerte y con el apoyo de la federación y el rescate de los municipios se podría empezar a revertir la terrible situación de inseguridad.
A partir del primer minuto del 1 de agosto ya será su responsabilidad y debe dar resultados de manera inmediata.
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