Como el clásico: “Los caminos de la vida”

Por José Antonio de la Vega Moreno

Fue exactamente un 3 de noviembre de 1991 cuando por azares del destino abrece el noble oficio del periodismo.

Al año de comenzar esta actividad en XEHT Radio Huamantla, propiedad de Don Raúl Romero Rivera, salí intempestivamente a buscar otros aires a la cuarta ciudad más importante del país, Puebla.

Toqué, toqué y toqué puertas en diversos medios de comunicación, ninguna se abría: Acir, Oro, Corporación Puebla (hoy justo Acir) La Radiánte del Chely Mastreta y nada. Todo cubierto.

Pero en mi pueblo que dejé atrás, se solía decir. “Qué puertas llaman que no respondan”.

Insistí en incursionar, incrustarme en la vida periodística de Puebla a como diera lugar.

Hasta que un hombre con puro en mano, chaleco de rombos llamativos, bigote y con la sonrisa que le caracterizaba, me dio la primera oportunidad sin pensarlo.

El hombre que describo arriba, no es otro más que Don Baraquiel Alatriste de quien hartos deben acordarse.

Lo logré. Penetré o me absorbió el periodismo poblano. Ya estaba dentro, ya me codeaba con ellos, ya compartía con ellos, ya era uno de ellos.

A mis 19 años, Momento Diario periódico que en los noventas ponía agenda y era referente de periodismo en Puebla, me hizo corresponsal en San Martín Texmelucan, caminé la milla por sus calles, pero volví a lograrlo, ya era uno de ellos también.

Cuatro años en Texmelucan me hicieron tener amigos entrañables, los cuales están inmersos en estos primeros treinta años de periodismo que he cumplido ha cabalidad.

Laura Roldán, Alfredo Araico, Gabriel Macías, Rita Sánchez, Azucena Hernández (con quien inicié en La Opinión) Ivette Yáñez, Eduardo Pérez, José Luis Nieves y muchos amigos más.

A todos ellos los abrazo con harto afecto.

Continuará…

A prisión Lozoya

En el teatro de Emilio Lozoya quién o quienes engañaron al señor presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Quién le hizo creer al presidente que tiene o tenía las pruebas -que no ha recabado y mucho menos presentado- para hundir a personajes como el ex presidente priista Enrique Peña Nieto y a Luis Videgaray.

Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, no tuvo otra salida más que llevarlo a la prisión preventiva para impedir se fuga y de paso lavar su imagen ante su jefe, ante AMLO.

Con Lozoya en la cárcel l satisfacción colateral es de Rosario Robles presa desde hace dos años.

El caso Emilio Lozoya, dolor de cabeza y enojo de Andrés Manuel López Obrador, comienza hacer el infierno de la 4T que desmorona su presumible combate a la corrupción y peor aún , sello de impunidad.

Ay! Emilito qué lío y golpe le asestaste a MORENA y su Cuarta Transformación.

O no?